DEPORTES › EN RIVER, EL JUJEÑO GANO SIETE TITULOS EN CUATRO CICLOS DIFERENTES

Un amor con vaivenes, pero siempre incondicional

El Burrito, rodeado de sus ex compañeros amigos.

La carrera de Ariel Ortega es un capítulo especial en la historia de su querido River Plate, con el que logró siete títulos en cuatro ciclos. Con el número 10 en la espalda fue parte de la última etapa dorada del club de Núñez, en la que conquistó campeonatos locales y la Copa Libertadores de América del ’96, lo que lo hacen, junto a su gambeta inconfundible, el último gran ídolo de River.

Ortega debutó en la Primera de River el 14 de diciembre de 1991, con Daniel Passarella como entrenador, jugando los últimos cinco minutos en la victoria 1-0 sobre Platense. Ese año, el jujeño ganaría su primer título: el Apertura 1991, aunque su primer gol con la camiseta riverplatense lo marcó recién en julio de 1993, contra Quilmes, en el triunfo 3-1, por el campeonato Apertura que también conquistaría. Ortega dejaría un recuerdo imborrable para los hinchas millonarios el 30 de abril de 1994, al convertir un gol en la victoria 2-0 frente a Boca, en La Bombonera, quebrando así una racha de ocho años sin victorias como visitante en un Superclásico. Ese año, Ortega ganaría su tercer título oficial con el equipo de Núñez.

Ya en 1995, fue dirigido por Ramón Díaz y participó de una época dorada en el club, conviviendo con figuras como Enzo Francescoli y Hernán Crespo. En 1996, el Burrito, con la emblemática camiseta número diez en la espalda, ganó la Copa Libertadores, aunque no pudo conquistar la Copa Intercontinental en Japón, que consiguió Juventus al ganar 1-0. Ese año, también, se llevó el Apertura 1996, confirmando el dominio de River en el plano local, para irse luego al Valencia español.

Su segundo ciclo en River comenzó en 2000, con Américo Gallego como entrenador, y en el que formó una delantera memorable junto a Pablo Aimar, Javier Saviola y el colombiano Juan Pablo Angel: los llamados Cuatro Fantásticos. En 2002 se volvió a consagrar con el Millonario, junto a notables jugadores como Andrés D’Alessandro y Fernando Cavenaghi, quienes daban sus primeros pasos en la élite del fútbol argentino. De esta manera, culminaría su segundo periplo en Núñez para pasar al Fenerbahce de Turquía.

Su tercer ciclo en River comenzó en 2006. Su vuelta fue una tarde inolvidable en el estadio Monumental, en la que River goleó 5-0 a San Lorenzo, con un golazo del jujeño incluido, de emboquillada y al arquero Sebastián Saja. Pero este período iba a estar condicionado por su adicción el alcohol. El Burrito estuvo separado del plantel para tratarse y, entre idas y vueltas, regresó en 2008 con Diego Simeone como técnico. Ese año fue decisivo para que River ganara el Clausura, su séptima y última consagración como campeón con el club de Núñez.

Tras levantar el título, el problema personal de Ortega se acentuó, y los dirigentes y el cuerpo técnico determinaron cederlo a Independiente Rivadavia de Mendoza, para que juegue en la B Nacional. Volvió a River en la pretemporada de mitad de año de 2009, haciendo la gira del plantel por Norteamérica, pero las recaídas volvieron y su producción en el equipo se vio condicionada, aunque tuvo destellos de su magia.

En 2011 fue cedido a All Boys, luego de ser desafectado del plantel que dirigía en ese momento Juan José López. Su último paso por el fútbol fue en la temporada 2011/12. Sin consideración en el plantel que dirigía Matías Almeyda para devolver a River a Primera División, Ortega jugó para Defensores de Belgrano en la B Metropolitana, para luego despedirse de la actividad profesional.

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