ECONOMíA › LA PELEA ENTRE LAS PETROLERAS SIGUE ESCALANDO

YPF y Shell se tiran con combustible

La interna en la Cámara de la Industria Petróleo (CIP) se profundiza. El enfrentamiento comenzó la semana pasada cuando YPF abandonó la entidad que en este momento preside Shell por “diferencias de concepción empresarial” con la filial de la petrolera de origen holandés. Anteayer, el presidente de Shell, Juan José Aranguren, le contestó por carta al vicepresidente ejecutivo de YPF, Sebastián Eskenazi. Allí reprochaba que “la consecuencia de la apuesta de YPF a una producción integral genera un mercado cada vez más concentrado donde su participación en las ventas” de los distintos productos se incrementó sustancialmente. Ayer fue el turno de YPF, que le respondió directamente a Aranguren caracterizándolo como un desequilibrado emocional.

El director de Comunicación de YPF, Sergio Resumil, apuntó directamente al presidente de Shell: “El señor Aranguren es una máquina de fabricar culpables para su propio fracaso. Como empleado de Shell, en vez de dar rienda suelta a sus habituales desequilibrios emocionales, debería ocuparse de mejorar su negocio”.

La semana pasada YPF renunció a su participación en la CIP “ante la falta de representación de sus intereses como empresa argentina productora de petróleo y gas integrada”. Frente a esta posición, Shell advirtió sobre las concentración de mercado que genera la producción integrada a la que apunta YPF. Según Aranguren, la participación de YPF en las ventas “ha pasado del 44,6 por ciento para naftas y 51,6 por ciento en gasoil en el año 2002, al 56,2 y 59,0 por ciento, respectivamente, en los primeros cuatro meses del año”.

Ayer la petrolera que tiene como accionista a la familia Eskenazi volvió a la carga: “Lo único que a nosotros nos preocupa realmente es seguir trabajando e invirtiendo en la Argentina, como lo ha hecho YPF a lo largo de toda su historia”. La empresa tiene una buena relación con el gobierno nacional, mientras que Shell está enfrentada con la administración kirchnerista desde los primeros tiempos.

“En Shell respetamos los disensos y somos enemigos del discurso único”, sostuvo Aranguren apuntando a YPF. “Por más que una empresa apunte a la producción ‘integral’, ésta debe respetar la existencia de otros participantes en las otras etapas de la cadena”, agregó.

Las diferencias insalvables entre las compañías estarían originadas en la forma de resolver conflictos laborales en el sector que tiene cada una de las firmas. Recientemente, Shell rechazó que YPF participara en las negociaciones del contrato colectivo de trabajo del sector propuesta por la Federación de Trabajadores Petroleros de las Refinerías Privadas (FASPyGP).

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