ECONOMíA › ENCUENTRO LATINOAMERICANO POR EL BANCO DEL SUR

“La crisis será prolongada”

“El escenario que se advierte es muy negro”, manifestó la ex ministra de Economía Felisa Miceli. Se refería a la falta de perspectivas de solución a la crisis mundial. Ante esta emergencia, “no se explica que el Banco del Sur no esté funcionando”.

 Por Raúl Dellatorre

Desde Asunción

Con pronósticos compartidos respecto de que estamos transitando en medio de “una crisis mundial prolongada”, y advertencias sobre que “América latina tiene una gran oportunidad”, pero quedará en una situación de “tremenda vulnerabilidad” si no toma los recaudos necesarios a tiempo, culminó ayer el seminario sobre el proyecto Banco del Sur convocado por la presidencia de la República de Paraguay. Pedro Páez, ex ministro coordinador de Políticas Económicas de Ecuador, y Felisa Miceli, ex ministra de Economía de Néstor Kirchner, fueron los encargados, respectivamente, del primero y el último discurso de la jornada. “Han pasado seis años desde que se firmaron los primeros acuerdos para el Banco del Sur, y a pesar de que ya tiene su acta fundacional, se definió su capital, su sede y la puesta en funcionamiento del Consejo de Administración, todavía no logra ser una realidad; sin la presión y el acompañamiento de la sociedad, es imposible que los gobiernos lleven a cabo estos proyectos”, subrayó Miceli, responsable además del Centro de Estudios y Monitoreo de Políticas Públicas de la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo.

La necesidad de la participación de los movimientos sociales en la defensa e impulso a proyectos como el Banco del Sur fue uno de los ejes de las intervenciones de la tarde en el encuentro de Asunción. Su instalación como nuevo actor político en la crisis del neoliberalismo, como respuesta a necesidades no satisfechas por el mercado, fue mencionada en varias intervenciones. Desocupados, comunidades aborígenes, campesinos, obreros de empresas recuperadas, grupos microemprendedores y otras formas de organización social con experiencias diversas, y el rol que les cabe en una nueva construcción política, fueron algunas de las cuestiones de debate entre los académicos, profesionales y funcionarios que participaron en este foro.

Páez, uno de los articuladores y diseñador de la propuesta del Banco del Sur, trazó un crudo cuadro de la crisis mundial y su probable prolongación y desenlace. “No es una crisis financiera que deviene en crisis económica; tampoco es una crisis por corrupción de algunos banqueros, ni producto del ciclo endógeno de autodepuración del sistema: es una crisis del régimen de acumulación, de los ejes fundamentales de la economía actual, de los criterios de rentabilidad y eficiencia. No es solamente una crisis de las políticas neoliberales”, señaló el economista ecuatoriano, estrecho colaborador del presidente de su país, Rafael Correa.

En su diagnóstico, Páez dejó en claro que las condiciones están dadas para que haya impactos sobre la economía mundial más graves que los acontecidos en 2008. “Está desatada una disputa por la hegemonía, en la que el eje anglosajón (Estados Unidos y Gran Bretaña, defensores del dólar como moneda fuerte) está herido de muerte y, como no puede recuperarse, hará todo lo posible para que los demás estén peor que él”, señaló. Sostuvo que “el ataque especulativo lanzado contra Europa (y su moneda, el euro) entre mayo y junio” fue una demostración de esa disputa. Ataque del que resultaron, como respuesta para defender al euro, las políticas de ajuste en Grecia, España, Francia y ahora Irlanda.

El economista ecuatoriano también pronosticó nuevas burbujas financieras producidas por las apuestas especulativas que siguen siendo el factor dominante del sistema financiero. “De las hipotecas subprime (sobre deudas de propiedades de alto riesgo de incobrabilidad) se pasó en Estados Unidos a las prime, y a las deudas soberanas (de países). La sobreacumulación de capital por alta concentración sigue buscando opciones de rentabilidad en las burbujas especulativas”, señaló Páez.

Felisa Miceli coincidió en el diagnóstico. “¿Quién está detrás de las compras de hipotecas?”, se preguntó, para responder de inmediato: “Las megacorporaciones, emparentadas a los fondos de inversión. La crisis devino en una mayor concentración de recursos, que esta elite empresaria va a seguir derivando al mercado financiero. La aparición de burbujas financieras va a ser recurrente, nos espera un escenario muy negro”.

Ambos coincidieron en la imperiosa necesidad de una nueva arquitectura financiera para la región, que permita blindar las economías latinoamericanas y promueva la integración. “El primer instrumento es el Banco del Sur, que no hay razones para que no esté funcionando”, apuntó Miceli. Páez refirió que una nueva arquitectura financiera, con una banca de desarrollo regional como primer paso, no es suficiente para liberar a la región de las consecuencias de la crisis, pero es una condición “necesaria” frente al actual marco internacional. Recordó también la propuesta de un sistema de compensación de pagos recíprocos que libere a la región de la dependencia del dólar, mediante una moneda común “que no reproduzca los defectos del euro”. Mediante esa moneda, dijo, debería fijarse el valor de los productos que socialmente se considere beneficioso amparar. “Los precios internacionales de hoy no son los correctos, están distorsionados por la especulación y los subsidios. ¿Cuál es la señal que puede recibir un productor latinoamericano para orientar su producción a partir de esas cotizaciones? ¿Puede tomar decisiones de producción eficientes? ¿A favor del interés de quién? Asuntos tan delicados como la producción de alimentos quedan subordinados a los vaivenes especulativos. Es una situación tremendamente frágil y supone una alta vulnerabilidad para nuestras economías si permanecemos atados a ella”, expuso el economista ecuatoriano.

La propuesta del Banco del Sur fija como objetivos la soberanía alimentaria, energética y de salud, como áreas prioritarias a financiar y sobre las cuales construir un nuevo modelo de desarrollo. Pero Felisa Miceli agregó que América latina debe asumir “un doble desafío de integración, entre países desiguales, pero también atendiendo las asimetrías internas”. Señaló el conflicto de países como la Argentina, que por el Mercosur debe atender las asimetrías con Paraguay y Uruguay pero, cuando lo propone, recibe el reclamo de las provincias del Norte con situaciones sociales similares a las de los países vecinos. “Si no logramos generar espacios complementarios, es difícil que la soberanía sea vista en términos concretos”, advirtió.

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Miceli expuso en el seminario sobre el Banco del Sur convocado por la presidencia de Paraguay.
Imagen: Leandro Teysseire
 
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