ECONOMíA › DETECTAN GRAVES IRREGULARIDADES DURANTE LA GESTION PRIVADA DE YPF

La planificación del desabastecimiento

Hubo extrañas reducciones del suministro de naftas en fines de semana largos, caída de producción de gas que generaba mayor demanda de GNL importado, capacidad ociosa en refinerías y yacimientos. Lo que empezó a hacer la intervención.

 Por Raúl Dellatorre

Para el último fin de semana largo, del sábado 28 de abril al martes 1º, la intervención de YPF revisó la provisión de combustibles líquidos a la red de estaciones de servicio que había planificado la conducción anterior y detectó que la capacidad de refinación y transporte “daba para más”. El resultado fue que, tras la revisión del plan de abastecimiento, se incrementó en un 22 por ciento la oferta de naftas y gasoil. Quizá esa sea la razón por la cual este fue el primer fin de semana largo, en mucho tiempo, en el que la falta de nafta no fue título en los diarios.

Pero más allá de lo anecdótico, para los analistas que trabajan cerca de la intervención de YPF el hecho es una de las tantas demostraciones que han podido encontrar, a lo largo de apenas dos semanas de gestión, de que es posible en un plan de corto plazo avanzar en la recuperación de los niveles de refinación de petróleo y producción de combustibles líquidos hasta alcanzar, antes de fin de año, al menos los niveles del año 2007. Desde ese año, la producción de combustibles descendió aproximadamente un 11 por ciento, mientras la demanda de transportistas y automovilistas particulares siguió aumentando.

El uso de las capacidades ociosas ya le había permitido a la gestión que lideran Julio De Vido y Axel Kicillof lograr, no bien asumida la función, aumentar la refinación total en un 5 por ciento, a través de un incremento en la carga de petróleo crudo en destilería. La utilización de la capacidad instalada de refinería pasó del 85 al 93 por ciento. También se incrementó la inyección diaria de gas en el sistema nacional en 2,2 millones de metros cúbicos diarios al aumentar el aporte del yacimiento neuquino El Portón.

Los técnicos en planificación que trabajan en el tema estiman que, con la puesta en actividad de equipos de extracción que están paralizados en yacimientos, y la reactivación de pozos que se había discontinuado, YPF estará en condiciones este invierno de poder ofrecer 10 millones de metros cúbicos adicionales de gas natural por día y 50 mil barriles diarios de petróleo. Ese volumen de gas es equivalente a aproximadamente el 8 por ciento de la producción nacional y representa una magnitud mayor a las importaciones provenientes de Bolivia en épocas de alta demanda.

La revisión integral de los procesos productivos ha permitido a esta altura trazar un diagnóstico de situación que le hará posible a la nueva conducción empresaria, encabezada por Miguel Galuccio, establecer ajustes con resultados casi inmediatos. Las conclusiones sobre las cuales están trabajando los equipos técnicos del Ministerio de Planificación son, prioritariamente, las vinculadas a las ineficiencias detectadas en la producción. Por ejemplo, el aprovechamiento de la capacidad de planta de refinación preferentemente para la producción de naftas premium en detrimento de las naftas súper. La primera tiene un costo en el mercado que excede en casi un peso al litro de la segunda, y es la que recurrentemente debía cargar el automovilista a falta de la súper. A costos de producción prácticamente similares entre una y otra, la firma venía haciendo un negocio redondo a costa del bolsillo del usuario cambiando la composición de la oferta a favor de la más cara, haciendo escasear la más barata.

Se presume que la introducción de cambios en la gestión generará además inmediatos ahorros en materia de divisas. El aumento en la capacidad de refinación impacta directamente en la disponibilidad de fuel oil para las centrales térmicas (generadoras de electricidad), lo cual implica un ahorro consecuente en la necesidad de importación de ese combustible o sus sustitutos. Pero, además, se está analizando si la merma en la producción de gas natural no pudo haber tenido la intención de provocar la necesidad de la demanda de gas licuado (GNL) importado, que la propia Repsol abastecía a través de buques que transportaban el producto desde sus yacimientos en Trinidad Tobago hasta el puerto de Bahía Blanca, donde era regasificado e inyectado al sistema nacional de transporte, a través de una planta que también opera YPF. Por lo pronto, se está investigando el precio que el Estado (a través de Enarsa) le pagaba a Repsol por el GNL, cinco o seis veces superior al que recibía la filial argentina por la producción local (15 a 17 dólares, contra 2,50 dólares).

La conducción profesionalizada que se hará cargo de la empresa en los próximos días, con Miguel Galuccio a la cabeza, recibirá esta información como parte de un más amplio diagnóstico de situación de las diversas áreas de la compañía. Desde la conducción política del Estado, se le señalará que el rol asignado a YPF, en función de la ley promulgada, es ser el principal agente formador de los precios de los combustibles y el garante de su suministro. Además, se espera de YPF que vuelva a ser motor del de- sarrollo regional, con metas de rentabilidad social en vez de maximizar ganancias.

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Imagen: Leandro Teysseire
 
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