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Pymes, trabajadores y modelo industrial

 Por Francisco Dos Reis *

Son, sin duda, muchos los desafíos productivos del país. Entre ellos, el de avanzar hacia una industrialización más diversificada y entramada, que tenga a las empresas pyme como uno de sus ejes. Elementos imprescindibles si se pretende que esa industrialización sea capaz de sustituir importaciones y consolidar la recuperación e inclusión económica y social que se verificó en la última década en la Argentina.

El tema no puede estar ajeno a la agenda de sindicatos de trabajadores y gremios empresariales. Sin una apuesta a mejorar las condiciones de vida de la población, no hay desarrollo eficiente sostenible. Sería una torpeza suponer que sólo la incorporación de tecnología puede resolver las aspiraciones de desarrollo. Lo demuestra un mundo en crisis que no es capaz de armonizar el avance en tecnología y en las condiciones de gestión y producción, con la inclusión laboral y social.

Este análisis, simple para algunos pero muy resistido por otros, tiene estrecha relación con el rol que juegan las pymes en relación con toda la sociedad. Las mil empresas más grandes del país generan el 75 por ciento del PBI. Los cientos de miles restantes participan apenas en el 25 restante, pero paradójicamente emplean al 72 por ciento de los trabajadores. De allí la importancia de otorgar a las pymes un rol protagónico en los planes que tengan por objetivo la creación de trabajo y la inclusión.

Pero las pequeñas empresas, los talleres de 10 o 20 empleados, que suman cientos de miles de unidades económicas y dan ocupación a millones de trabajadores, no entran en la consideración ni siquiera del sistema financiero. Es difícil comprender que cualquiera de los que somos titulares de estas pequeñas empresas podamos acceder con una facilidad asombrosa a la compra de un automóvil financiado por 100 o 130 mil pesos. En cambio, es una tarea casi inalcanzable conseguir un crédito por el mismo valor para comprar una máquina y mejorar las condiciones de producción de su empresa. ¿Por qué los bancos no aumentan sus volúmenes de crédito en favor de estas empresas necesitadas de financiación para crecer? La Argentina es uno de los países de la región con menor nivel de crédito en relación con el PBI, a pesar de lo cual los bancos obtienen una rentabilidad extraordinaria respecto de su patrimonio. Como bien lo saben las pymes: “Nada se pierde, sólo cambia de bolsillo”.

La Argentina tiene hoy el desafío pendiente de incluir a las pymes y sus trabajadores como actores esenciales para ampliar las cadenas de valor, diversificar la oferta de productos y servicios, y mostrar resultados eficientes y efectivos. Por ahora, una pyme que pretenda acceder a créditos de largo plazo debe pasar por un largo y penoso proceso de armar un legajo de antecedentes en el banco, con final incierto. Cabe llamar la atención sobre el enorme efecto económico que tendría que las exigencias a las pymes fueran las mismas que se reclaman para la compra financiada de un rodado. Con este simple paso, se daría un salto inmediato para afrontar los desafíos de competitividad y eficiencia, contribuyendo a generar más trabajo y ampliando nuestra capacidad productiva para sustituir efectivamente importaciones.

Podría ser una forma de empezar a asumir el desafío pendiente. Y dejar de considerar a las pymes como islotes, que se sabe que están ahí pero no son tenidas en cuenta al considerar las alternativas para el crecimiento de la eficiencia y la inversión.

* Presidente de la Central de Entidades Empresarias Nacionales (CEEN).

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