Por una amplía mayoría, 46 contra 20, se convirtieron en ley las prórrogas del impuesto a los débitos y créditos bancarios y del 7 por ciento sobre el precio de los cigarrillos. La semana pasada la intención del Gobierno de votar esas leyes se vieron frustradas, ya que no habían conseguido los dos tercios necesarios para su aprobación. Por ser un tributo no coparticipable, se necesitaba de una mayoría especial. Ayer, durante su discurso el radical Ernesto Sanz dijo que “el impuesto al cheque es distorsivo y unitario, afecta al federalismo”. Para asegurar la vigencia durante todo el 2008 de esos impuestos, que implica un 10 por ciento de las previsiones de recaudación, el senador oficialista Roberto Urquía argumentó que “si no se aprueba el impuesto al cheque el Ejecutivo no puede cumplir con las pautas fijadas en el Presupuesto”. El tributo a las operaciones bancarias recauda 15.000 millones de pesos, y la carga al tabaco le asegura al Estado 450 millones.