EL MUNDO › TRES ATENTADOS JAQUEARON EL PRIMER DIA ELECTORAL, UN ANTICIPO DEL DOMINGO

Irak va a las urnas bajo las bombas

El primer día de votación para las elecciones legislativas iraquíes se vio ensangrentado ayer por tres atentados que causaron diecisiete muertos y decenas de heridos. Ayer votaban los presos, los enfermos y los uniformados.

El primer día de votación para las elecciones legislativas iraquíes se vio ensangrentado ayer por tres atentados que causaron diecisiete muertos y decenas de heridos, pese a las excepcionales medidas de seguridad que se tomaron. Los ataques se produjeron pocas horas después de que unos 850.000 iraquíes, incluidos soldados, policías, presos y pacientes de hospitales, empezaron a votar en un anticipo de los comicios parlamentarios del próximo domingo, de los que surgirá la nueva coalición gobernante.

Los tres atentados se produjeron con pocas horas de intervalo cerca de las oficinas de votación de Bagdad. Siete soldados murieron en dos atentados perpetrados por suicidas contra militares que hacían cola para votar en dos locales de Bagdad, informaron fuentes del Ministerio del Interior. Tres de ellos murieron y quince resultaron heridos en un primer ataque suicida contra una escuela que servía de oficina electoral en el barrio de Mansur, al oeste de Bagdad. En las calles de este barrio había folletos que llevaban la firma del grupo terrorista Al Qaida y que advertían contra la votación en las elecciones. En el otro atentado, también perpetrado contra una escuela transformada en oficina electoral en el barrio Bab Al Muazam, centro de Bagdad, murieron cuatro soldados y diez resultaron heridos. El suicida detonó el cinturón de explosivos que llevaba adosado a su cuerpo.

Horas antes estalló una bomba o un cohete en un edificio de viviendas situado a 500 metros de una escuela que debe servir el domingo de oficina electoral en Hurriya, barrio del norte de Bagdad, matando a siete personas, entre ellas cuatro niños, e hiriendo a 23, según Mohammad Mehdi, responsable de los servicios médicos de urgencia. La bomba estaba oculta bajo un montón de basura en la entrada del edificio.

En la elección “especial” de ayer, los enfermos votaban en los hospitales, los presos condenados a penas inferiores a cinco años en las cárceles y los militares y policías lo hacían en oficinas electorales normales. La afluencia a las urnas de policías y militares fue grande y hacían cola en los centros de votación desde las primeras horas de ayer. Hoy podrán votar 1.400.000 iraquíes residentes en el extranjero.

Para la votación del domingo, 18,9 millones de iraquíes están convocados para depositar sus votos en 64.000 urnas instaladas en unos 9000 centros de votación distribuidos por todo el país, según datos de las autoridades electorales. Una coalición terrorista vinculada con Al Qaida anunció que intentará por todos los medios boicotear los comicios.

Anoche, el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, advirtió contra los intentos de “politizar los cuerpos de seguridad” durante las elecciones.

“Rechazamos la politización de los cuerpos de seguridad, que deben ser independientes y lejos de cualquier tendencia política o pertenencia a un partido en concreto”, dijo Al Maliki en un acto de la campaña electoral, esta semana en el sur de Irak. También instó a los políticos a que no hagan declaraciones “irresponsables, que pueden llevar a las bombas, los coches bomba y los cinturones explosivos que matan a cientos de personas”. Más de 6000 candidatos competirán en estas elecciones para ocupar los 325 escaños del Parlamento. Según la misión de la ONU en Irak, unos 300.000 trabajadores fueron formados para dirigir el proceso electoral y unos 500 observadores internacionales y 250.000 locales se repartirán en distintas zonas de Irak para vigilar la jornada electoral.

Los comicios se producirán en un complicado escenario para el primer ministro Nuri al Maliki, rota la alianza que lo llevó al poder en 2005 y con exiguos resultados en sus esfuerzos por traspasar las líneas sectarias y atraer a su estado de derecho a otras comunidades. El proceso eleccionario, por otra parte, constituye un paso decisivo para la progresiva retirada militar de Estados Unidos, cuya presencia genera sentimientos encontrados en este país e incomoda a los líderes políticos.

El papel del vecino Irán en el futuro político iraquí inquieta a una parte significativa de la población en este país donde la democracia permitió a la mayoría chiíta imponerse en las instituciones, lo cual representa a ojos de los sunnitas el principio de la injerencia de Teherán. Los kurdos, mayoritariamente sunnitas, siguen construyendo su poder autónomo y libran su propia lucha política en la región semiautónoma del Kurdistán, en el noreste del país. Allí el cuasimonopolio del poder de la Unión Patriótica del Kurdistán y el Partido Democrático del Kurdistán llevó al opositor Movimiento por el Cambio y a los partidos islamistas locales a rechazar una alianza kurda e intentar convertirse en bisagra.

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Siete soldados murieron en dos atentados perpetrados por suicidas contra militares que iban a votar.
Imagen: EFE
 
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