EL MUNDO › EL MINISTRO DE DEFENSA BRITANICO FUE A KABUL

Cameron sigue firme en Afganistán

El nuevo gobierno conservador del Reino Unido está dispuesto a hacer sacrificios en Afganistán, pero le gustaría retirar a sus tropas lo antes posible. Así lo explicaron ayer los ministros de Defensa y Relaciones Exteriores, Liam Fox y William Hague, durante su primera visita oficial a Kabul. Unas horas antes de su llegada, un soldado británico moría por una explosión mientras patrullaba una base militar en la provincia de Helmand, en el sur afgano. Allí se concentran 9500 de las 10 mil tropas que mantiene Londres en el país asiático. Desde la invasión en 2001, 286 soldados británicos murieron en combate; sólo este último mes fallecieron 41.

Ayer los dos ministros y el encargado de Desarrollo Internacional se reunieron con jefes militares y policiales locales y con la primera plana del gobierno afgano. Querían conocer de primera mano las proyecciones que hicieron para pronosticar que las fuerzas locales podrán asumir la seguridad del país para 2014.

“No somos un policía universal. No estamos en Afganistán para ocuparnos de la política de educación de un país perturbado del siglo XIII. Estamos aquí para evitar que el pueblo británico y que nuestros intereses globales estén amenazados”, señaló el ministro de Fox en una entrevista al diario The Times, realizada antes de viajar a Kabul. “Cuando asumí en este cargo la primera pregunta que me hice fue: ‘¿Tenemos que estar en Afganistán, tienen nuestras tropas que sacrificar sus vidas y cuerpos?’. Y mi respuesta sigue siendo sí”, agregó Fox.

El compromiso del nuevo primer ministro británico con la guerra en Afganistán fue claro desde el comienzo. A pesar de su alianza con los liberal demócratas de Nick Clegg, quienes cuestionaron duramente el gasto y el sufrimiento por la guerra, Cameron eligió a su par afgano, Hamid Karzai, para su primera reunión bilateral con un presidente. Le prometió apoyo y continuidad.

Pero ayer su canciller y su ministro de Defensa dejaron en claro que el apoyo no es para siempre y que no enviarán más tropas, como venía reclamando Karzai y también el presidente norteamericano, Barack Obama. El año pasado la Casa Blanca había abogado para que sus socios europeos se sumaran a su nueva estrategia, en otras palabras, que aumentaran su presencia en el terreno de combate. España, Alemania y Reino Unido desplegaron algunos soldados más, pero no todos los que pedía Washington.

Los ministros británicos aprovecharon el viaje para explicar que aunque el contingente británico en Helmand quedará a cargo de un comandante norteamericano, el líder fáctico de la OTAN en ese país, los soldados del país europeo no serán trasladados al otro foco de la batalla en el sur de Afganistán, Kandahar. Ayer un grupo de militantes talibán lanzaron un ataque contra la base de la OTAN en esa provincia. En total cinco misiles cayeron dentro del predio militar y, según adelantaron las autoridades militares extranjeras, varios soldados y trabajadores civiles resultaron heridos.

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