EL MUNDO › PRESENTó UN PROYECTO DE REFORMA DEL SISTEMA QUE SUBE EL PISO MíNIMO DE 60 A 62 AñOS

Sarkozy aumenta la edad jubilatoria

La reforma propuesta aumenta la edad jubilatoria de manera gradual, pero choca con la oposición de los sindicatos y el Partido Socialista. El paquete incluye un aumento de impuestos a los más ricos para financiar el programa previsional.

 Por Eduardo Febbro

Desde París

Francia perderá dentro de poco un privilegio europeo: ser uno de los países del Viejo Continente donde la edad para jubilarse es una de las más anticipadas. El Ejecutivo de Nicolas Sarkozy presentó ayer un polémico proyecto de reforma del sistema francés de pensiones que prevé un aumento de la edad necesaria para jubilarse y, por consiguiente, el incremento de las cotizaciones. El ministro francés de Trabajo, Eric Woerth, expuso un proyecto de reforma que apunta a poner fin a la jubilación a los 60 años, un privilegio concedido bajo el gobierno del presidente socialista François Mitterrand en los años ’80. Nicolas Sarkozy proyecta llevar la edad de la jubilación a los 62 años de manera gradual. Las personas que nacieron en 1950 seguirán teniendo el régimen actual de jubilación. En cambio, quienes nacieron en 1951 podrán jubilarse cuatro meses más tarde, los de 1952 trabajarán ocho meses más, mientras que los que nacieron en 1956 cargarán con las primeras consecuencias de la ley y recién podrán jubilarse a los 62 años.

Francia tiene actualmente más de 15 millones de jubilados. De ahora en más, para gozar de una jubilación al ciento por ciento los aportes se extenderán a 41 años, en vez de los 40,5 actuales. “Trabajar más tiempo es inevitable. No hay magia”, afirmó Eric Woerth, el ministro nombrado en esa cartera con la misión de llevar a cabo esta controvertida reforma luego de la derrota de la derecha gobernante en las elecciones regionales de marzo pasado. Nicolas Sarkozy ya había explicado la víspera el motivo central de esta reforma que choca con la oposición de los sindicatos y del Partido Socialista. “Se vive más, entonces se trabaja más”, dijo Sarkozy en contraste flagrante con el lema que empleó durante la campaña electoral para las elecciones presidenciales de 2007: “trabajar más, para ganar más”. Hace unas semanas, Nicolas Sarkozy había juzgado como irresponsable el esquema adoptado por los socialistas en los años ’80 y el privilegio de una jubilación a los 60 años. Entre ese momento y ahora, la tormenta de la crisis financiera internacional, los gigantescos déficit que provocó, el aumento de la esperanza de vida y las consecuencias de la crisis económica aparecen, en el discurso oficial, como los argumentos que justifican la reforma de uno de los sistemas más generosos del mundo. El ministro francés de Trabajo defendió la idea de una reforma “coherente, responsable y justa”.

La financiación de esta nueva arquitectura de las pensiones, que empezará a aplicarse en 2011, o sea, un año antes de las elecciones presidenciales, se articula en torno de varios aportes colaterales: un incremento del 1 por ciento del Impuesto a las Ganancias para los que tienen más dinero. Se calcula que esta medida afectará a 342.000 hogares y generará una ganancia de 3700 millones de euros el año que viene. Con la misma meta se subirán los impuestos de los rendimientos de capital, las plusvalías y las ganancias obtenidas gracias a las famosas y polémicas Opciones sobre acciones (Stock Options). La crisis financiera que se propagó a partir de 2007 desde Estados Unidos multiplicó por tres el déficit del sistema de jubilaciones y pensiones en Francia. Según datos de organismos independientes, en 2010 el déficit llegó a 39.000 millones de dólares y se prevé que, si no se hace nada, en 2018 ese déficit totalizará 48.000 mil millones de euros. El proyecto elaborado por el gobierno calcula que el aumento de la edad de jubilación y de los aportes permitirá reducir el déficit en un 50% en 2018.

Los empresarios saludaron la reforma como “un gran paso adelante”, mientras que los sindicatos ya sacaron el hacha de la guerra antes de que se revelara su contenido. El lunes pasado, los seis principales sindicatos convocaron para el 24 de junio a una jornada de huelga y manifestaciones contra lo que ayer calificaron como una medida “injusta” que “castigará sobre todo a los jóvenes”. Los socialistas se sumaron a las protestas. Martine Aubry, la primera secretaria del PS, prometió que, si los socialistas llegan a la presidencia en 2008, restaurarán la jubilación a los 60 años.

El Ejecutivo de Nicolas Sarkozy pone sobre la mesa esta reforma, en un contexto de ajuste presupuestario generalizado en Europa, cuya justificación ha sido la crisis griega. El gobierno francés ya adelantó un recorte de 45.000 millones de euros antes de 2013 para reducir el déficit público al 3% del Producto Interno Bruto (PIB), 8% actual. España, Noruega, Dinamarca y Alemania ya subieron la edad de la jubilación hasta los 67 años. Francia es, entre los 27 países de la UE, el país con la edad más baja para jubilarse. La crisis y la ofensiva liberal –ambas se alimentan– pondrán fin a un merecido privilegio.

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Sarkozy proyecta llevar la edad de la jubilación a los 62 años de manera gradual.
Imagen: AFP
 
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