EL MUNDO › EL EQUIPO DE GOBIERNO IGNORó LAS ADVERTENCIAS DE LOS ECOLOGISTAS

El Kremlin bajo la humareda

Todos quieren abandonar el infierno en que parece haberse convertido Moscú. Hasta su alcalde, Iuri Lujkov, quien generó una polémica porque no quiso interrumpir sus vacaciones. Los incendios causaron al menos 52 víctimas.

Una densa capa de humo recubría ayer Moscú. Los vuelos fueron retrasados y la preocupación por la salud pública iba en aumento a raíz de los centenares de incendios forestales y del calor extremo que se vive en Rusia. Según estimaciones oficiales, unas 52 personas ya murieron por la catástrofe que las autoridades no logran controlar. Aumentaba la sofocante humareda mientras crecía el descontento ante la desidia de las autoridades. El equipo del Kremlin ignoró las numerosas críticas de los ecologistas al nuevo código forestal. Con éste, el número de guardabosques se redujo a la mitad y se fragmentaron las competencias entre autoridades federales y regionales. Conclusión: Rusia no estaba preparada para enfrentar una catástrofe semejante.

En Domodedovo, al sur de la capital, el aeropuerto más afectado por la enorme nube de color ocre, decenas de vuelos fueron retrasados y apenas un par de aviones se las ingeniaron para aterrizar. “Estamos en el epicentro del humo”, declaró Elena Galanova, portavoz del aeropuerto. La vocera agregó que Domodedovo había pedido a las aerolíneas destinar, para los vuelos con destino a la capital rusa, pilotos capaces de volar con una visibilidad mínima.

Otro aeropuerto internacional, el Vnukovo (suroeste), también sufrió demoras, aunque el impacto del humo parecía menos grave. Varios barrios de San Petersburgo (noroeste) se vieron envueltos por la humareda. Mientras tanto, un calor insoportable caía sobre los habitantes de Moscú. Los moscovitas tuvieron que soportar también temperaturas superiores a los 38 grados y se espera que en el día de hoy superen ese marca. Ayer los niveles de monóxido de carbono en Moscú eran 3,1 veces superiores a la norma, lo cual significa una mejora con respecto al sábado. Pero todo indica que la salud de los residentes va a verse afectada por esos niveles.

Todos quieren abandonar el infierno en que parece haberse convertido Moscú. Por ejemplo, la Embajada de Canadá empezó a evacuar a algunos miembros de su personal y sus familias de la capital rusa, según el Ministerio de Relaciones Exteriores en Ottawa. Las agencias de viajes están completas para viajes organizados este fin de semana a Egipto, Montenegro y Turquía.

La superficie de los incendios forestales y de ciénagas en la región de Moscú bajó ligeramente ayer, pero todavía unas 190.400 hectáreas ardían en todo el país, amenazando instalaciones estratégicas. Según el balance oficial, 52 personas han muerto pero las víctimas pueden ser más.

Frente a ese panorama, hay quienes no quieren regresar al territorio. El alcalde de Moscú, Iuri Lujkov, de 73 años, generó una polémica porque no quiso interrumpir sus vacaciones, alegando haberse herido haciendo deporte. En las últimas horas, Lujkov decidió finalmente regresar a la capital. Quien se puso a salvo de los incendios fue el presidente ruso. Dmitri Medvédev viajó ayer a la república secesionista de Abjazia y quedó momentáneamente alejado de los problemas de gestión que padece el país.

El ministro de Situaciones de Emergencias, Serguei Choigu, dijo tener la esperanza de que los fuegos puedan ser controlados en un plazo máximo de una semana. El funcionario pidió a sus servicios que trabajen las 24 horas del día para apagar un incendio en siete hectáreas alrededor de un centro nuclear en Snejinsk (al este de Moscú).

“Ya no hay focos de fuegos”, dijo un integrante del ministerio, refiriéndose al centro nuclear de Sarov (a 500 kilómetros de Moscú). Las autoridades, que afirmaron en reiteradas oportunidades que no había ningún riesgo en Sarov, tuvieron que reconocer finalmente que todos los materiales radiactivos habían sido evacuados del centro al principio de la semana. Para tener una idea de la descoordinación gubernamental, las autoridades encargadas de sofocar los incendios ni siquiera cuentan con imágenes satelitales de la zona.

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Varios barrios de San Petersburgo (noroeste) se vieron envueltos por la humareda.
Imagen: EFE
 
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