EL MUNDO › LA CANDIDATA DEL PARTIDO DE LOS TRABAJADORES ACUSA A SU RIVAL SERRA DE SER FAVORABLE A LAS PRIVATIZACIONES

Dilma, con la fe puesta en su estrategia

Rousseff confrontó en el primer duelo televisivo con el socialdemócrata José Serra e intentó instalar su propia agenda –la defensa de lo estatal– corriéndose así de dos asuntos polémicos: la religión y el aborto.

La candidata oficialista y favorita para el ballottage, Dilma Rousseff, busca instalar una nueva agenda en la campaña y por eso insistió en el debate del domingo en acusar a su rival José Serra de defender la privatización de la petrolera Petrobras. El socialdemócrata volvió a querer instalar el tema del aborto. Rousseff se mostró más agresiva a la hora de responderle a su contendiente.

Las privatizaciones realizadas durante el pasado gobierno de Fernando Henrique Cardoso (1995-2002) se convirtieron en uno de los temas centrales del primer duelo televisivo entre los dos candidatos a la presidencia brasileña de cara a la segunda vuelta, que se celebrará el 31 de octubre.

A lo largo de las dos horas de un tenso ping pong, Rousseff acusó a Serra (ex ministro de Cardoso) de planear privatizar Petrobras y entregar a empresas extranjeras el derecho de explotar los gigantescos yacimientos ubicados en las aguas ultraprofundas del litoral brasileño.

La candidata del gobernante Partido de los Trabajadores (PT) a suceder al presidente Luiz Inácio Lula da Silva sostuvo que los supuestos planes privatizadores estarían vigentes desde el pasado gobierno de Cardoso, correligionario de Serra en el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB). Rousseff dijo que en la gestión de Lula se aumentó la participación del “pueblo” en Petrobras, con 70 mil millones de dólares.

En respuesta, Serra negó tajantemente que planee privatizar la compañía petrolera y sostuvo que su proyecto es el de “fortalecer a todas las empresas estatales”. Al mismo tiempo, dijo que las críticas de Rousseff sobre este asunto formarían parte de una estrategia de campaña electoral.

El socialdemócrata intentó por todos los medios cambiar el tema e insistir con el aborto. “Dilma alguna vez dijo apoyar el aborto y ahora lo niega.” Y agregó la cuestión religiosa. “Respecto de Dios, un día dice que es devota y al otro día cambia de opinión.”

Esta nueva irrupción de la cuestión religiosa llevó a Rousseff a asistir ayer a una misa en la Basílica de Aparecida, patrona nacional, en el interior de San Pablo, que también será visitada hoy por Serra.

“Quería estar acá en Aparecida por un problema reciente que tuve en mi vida, sobre el cual prefiero no hacer comentarios”, dijo la postulante petista. Y agregó. “La tentativa de asociar mi campaña a asuntos religiosos es una estrategia de la oposición para rebajar el nivel del debate político del segundo turno”, aseguró la ex ministra de presidencia, quien estuvo acompañada de políticos regionales y autoridades eclesiásticas en su primera visita a la localidad sagrada.

La fe y el aborto han sido los temas que más polémica han levantado en esta segunda ronda de campaña, en la que los dos candidatos, elegidos el pasado 3 de octubre, han defendido vehementemente su posición en contra del aborto y han reafirmado su fe religiosa, en un intento de aproximarse a los votantes católicos. Gran parte del electorado católico y evangélico acompañó la candidatura de la ecologista Marina Silva, que salió tercera, con el 19 por ciento de los votos. Ayer Marina se mostró desilusionada por el nivel del debate y sostuvo que Rousseff y Serra “continúan apostando al vale todo”.

La discusión entre ambos candidatos alcanzó fuertes niveles de tensión cuando Dilma increpó a Serra por el hecho de que su esposa Mónica “está diciendo que yo quiero matar niñitos”, en referencia a la aseveración de que apoya el aborto.

Rousseff se impuso en la primera vuelta electoral con una diferencia de más de 14 puntos, al obtener 46,9 por ciento de los votos, contra 32,6 de Serra, pero una encuesta de la consultora Datafolha informó el sábado que la ventaja de la postulante oficialista cayó y ahora está sólo ocho puntos por delante de Serra.

El nuevo escenario post primera vuelta hizo que Dilma saliera a enfrentar a su adversario con mayor agresividad, según los comentarios de los analistas. En ese marco, comparó la postura de Serra con la forma en la que Estados Unidos subestimó a Vietnam, tras lo cual acabó perdiendo la guerra. “Mi generación recuerda mucho la guerra de Vietnam. Había una subestimación total de la capacidad vietnamita de reaccionar a la mayor potencia mundial, Estados Unidos. Serra tiene el hábito de subestimar a las personas, se cree superior al resto”, afirmó la ex guerrillera y economista Rousseff.

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Dilma Rousseff participó ayer de una misa en la Basílica de Aparecida, patrona nacional, en el interior de San Pablo.
Imagen: AFP
 
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