EL MUNDO › LOS MANIFESTANTES PACIFISTAS CAMBIAN DE TACTICA

Contracumbre sin actos de violencia

La ausencia de graves incidentes ha convertido la contracumbre de la OTAN en Lisboa, que transcurrió en paralelo a la reunión de la Alianza, en un encuentro atípico que invierte la tendencia violenta seguida los últimos años. La ola de destrucción que asoló Estrasburgo en abril de 2009, cuando se celebró la anterior reunión de la Alianza, no se repitió en la capital lusa, donde se esperaba en su manifestación principal a unos 700 miembros de los “Black Block”, grupo de orientación anarquista y violenta.

“La contracumbre se desarrolló con normalidad y sin incidentes con la policía”, aseguró la portuguesa Ana Silva, portavoz de la plataforma lusa Anti-Guerra Anti-NATO (Pagan), organizadora de la reunión alternativa a la de la OTAN. La protesta de ayer, el punto álgido de la contracumbre, transcurrió de forma pacífica, excepto por la presencia de un colectivo no adscrito a ningún movimiento reconocido.

Compuesto por varios miembros que enarbolaban banderas anarquistas, este grupo generó los momentos de mayor tensión al causar pequeños altercados con los agentes de seguridad, que respondieron con empujones y golpes.

El momento más caliente llegó cuando se disolvió el cordón policial que rodeaba esta última concentración. Entonces varios manifestantes acorralaron a una decena de policías y los increparon. El resto de la protesta, cuyo color predominante fue el rojo, se de-sarrolló sin sobresaltos.

Ingeniosas pancartas que pedían la disolución de la OTAN, caricaturas del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y banderas a favor de la paz y contra la guerra dominaron la marcha bajo el lema “Campaña ¡Paz sí! ¡OTAN, no!” a la que se sumaron partidos de la izquierda marxista y varios grupos pacifistas.

La música de percusión y la escenificación sarcástica sobre el papel de los soldados de la OTAN dieron una nota de color a la protesta que transcurrió desde la céntrica plaza de Marquès de Pombal hasta la zona de Restauradores. Los tres días de la contracumbre, cuyo objetivo fue denunciar la política bélica de la Alianza Atlántica, se articularon con numerosos debates, talleres y charlas, así como con diversas acciones culturales.

También se celebraron acciones de desobediencia civil, como la escenificación realizada el pasado jueves por una centena de activistas, que, echados en el suelo, simularon ser víctimas en una ciudad bombardeada. Entre las iniciativas de protesta se destacó la de ayer por la mañana, cuando un grupo de activistas se encadenó para cortar el tráfico cerca del recinto de la cumbre oficial. Por esa acción, unos cuarenta manifestantes fueron detenidos por los agentes de seguridad. Los detenidos, una docena de ellos españoles, fueron trasladados a distintas comisarías de la capital lusa.

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