EL MUNDO › EL PARLAMENTO VOTO EN MEDIO DE ALTERCADOS, INSULTOS, SILBATOS Y CARTELES GIGANTES QUE DECIAN “GOBIERNO LADRON”

Italia ajusta y se prepara para la recesión

A la flamante ley de ajuste fiscal se le agregan algunas cifras difundidas en estos días que hablan de la consistente disminución de los salarios italianos en los últimos años. Prevén la peor Navidad desde la Segunda Guerra Mundial.

 Por Elena Llorente

Desde Roma

Ahora sí que Italia deberá ajustarse el cinturón. El decreto “Salva Italia” del gobierno de Mario Monti, por valor de casi 35.000 millones de euros y que significará numerosos recortes y nuevos impuestos, fue convertido en ley ayer, luego de que el Senado –pocos días después de la Cámara de Diputados– dio su aprobación definitiva por 257 votos contra 41.

La discusión en el Senado, como en Diputados, estuvo llena de altercados, insultos y el griterío de la Liga Norte, la ex aliada de Silvio Berlusconi, que hizo del boicot su principal objetivo. Silbatos y carteles gigantes que decían “gobierno ladrón” fueron algunas de sus manifestaciones. Fue llamativa también la actitud de la senadora liguista Rosi Mauro que, cuando le tocó presidir la sesión, daba la palabra a los senadores, pero seguía leyendo una revista que tenía a un lado sobre el escritorio, como diciendo “me importa un rábano”. El senador y ex ministro Roberto Calderoli, famoso por sus desplantes discriminatorios, fue más lejos todavía, llamando al gobierno de Monti “ilegítimo” y “fruto de un verdadero golpe de Estado”. También definió el decreto Salva Italia aplicando una palabra que muchos le endosan a su partido: “racista”, porque, dijo Calderoli, “perjudicará sobre todo al norte de Italia”, donde la Liga, por lo demás, tiene su base electoral.

Lo cierto es que, al margen de lo que digan los partidos, la gente está preocupada porque a la flamante ley se le agregan algunas cifras difundidas en estos días por la prensa que hablan de la consistente disminución de los salarios italianos en los últimos años. Según datos de 2010 elaborados por la OCSE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), Italia ocupa el lugar número 22 (sobre 34 países) en la escala de salarios de los países industrializados.

Hay quien habla de las peores fiestas navideñas desde la Segunda Guerra Mundial, no sólo por lo que se vive ahora, sino por lo que sucederá en 2012, año de recesión económica según expertos.

“Nuestro tenor de vida ha cambiado radicalmente. Y en este período se siente más porque es una época del año que estimula a comprar. Estábamos acostumbrados a tener dos salarios y ahora nos tenemos que arreglar con uno solo”, cuenta a Página/12 Raffaella Valente, joven madre de dos nenas, que quedó cesante hace algunos meses. “Claramente el consumo normal de la familia no se puede recortar, porque es una cuestión de sobrevivencia. Pero los gastos extraordinarios deberán ser estudiados. Me refiero por ejemplo a la escuela privada para mi hija mayor. Un gasto que hasta hace algunos meses yo consideraba normal y que ahora se transforma en un lujo”, agrega. Según ella, el año próximo muchas familias con niños “deberán redimensionar los gastos que antes hacían en actividades extraescolares, como las clases de música o los deportes”. “Pero también tendrán que prestar atención a los gastos en alimentos –concluye–. En vez de ir al negocio cerca de casa, que es cómodo pero más caro, habrá que buscar las ofertas de los supermercados. Y también programar mejor la dieta semanal.”

Mirella Tabò, jubilada y ama de casa, pertenece a otra generación de mujeres, la que creció en la posguerra. Ella tiene una visión distinta pero complementaria sobre la familia hoy en la sociedad italiana. Tiene tres hijos mayores. “Durante las fiestas todo aumenta un poco –dice a Página/12–. Yo sigo comprando las mismas cosas para comer, pero presto mucha atención a los gastos que no son fundamentales. Pero me doy cuenta de que mucha gente está muy atenta a cuánto y cómo gasta.” En cuanto a los efectos del plan Monti dice que “no se ven todavía, tendremos que esperar algunos meses. Pero no sé, todo ha sido demasiado rápido. Tal vez debían haberlo pensado un poco más, porque hay clases sociales que lo resentirán mucho”. Para ella y su familia, el problema fundamental son las jubilaciones. “Mis hijas están preocupadas. Una de ellas se acaba de hacer una jubilación privada porque con la pública tendrá que esperar hasta los 66 años y quién sabe si la tendrá y cuánto recibirá”, señala. Algunos dicen que habría que estimular los nacimientos para que en el futuro haya más jóvenes que trabajen y aporten, y así poder asegurar la jubilación a los mayores. Acotación a la que ella responde: “Cuando en este país uno tiene hijos, ¿qué hace si trabaja y no tiene una abuela a quién dejarlos? Después de la guerra en los lugares de trabajo había guarderías. Pero luego desaparecieron. Este país necesita reorganizar los lugares de trabajo y crear el trabajo part time, para que las madres puedan combinar trabajo y prole. Italia debería pensar un poco más en todo esto”, concluye.

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Monti, de pie, se dirige al Parlamento italiano antes de la votación en la que se aprobó el ajuste.
 
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