Desde Roma

Más de uno se esperaba que el primer ministro dimitente de Italia, Mario Monti, hiciera promesas electorales sobre lo que haría o no haría respecto de América latina un eventual gobierno suyo, después de las elecciones italianas de febrero. Pero no. En la reunión que ayer mantuvo con los embajadores latinoamericanos acreditados en Italia, Monti habló sólo bien de la región y apreció en particular el modelo de desarrollo latinoamericano que ha permitido, dijo, que 50 millones de personas salieran de la pobreza.

“América latina se ha ganado hoy un rol central y activo que genera admiración porque no quiero decir envidia”, señaló. “Ha sabido construir un modelo de de-sarrollo basado en el crecimiento, la justicia social, la modernización y el respeto ambiental”, agregó Monti ante los embajadores reunidos en la sede del Instituto Italo-Latinoamericano (IILA) de Roma.

Monti, que por causa de la campaña no participará de la cumbre en Santiago de Chile entre el Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) y la Unión Europea, dijo que por eso había querido “confirmar la atención con que el gobierno italiano sigue a los países latinoamericanos”, una región, recordó, en la que vive un millón y medio de italianos inscriptos en los registros oficiales, más o menos la misma cantidad que en toda Europa.

Los países latinoamericanos son “interlocutores y aliados naturales” de Europa, subrayó, recordando que para él era casi una cosa familiar porque sus abuelos fueron a vivir a Argentina a fines del siglo XIX y allí nació su padre. Candidato a primer ministro por la lista electoral que lleva su nombre, Monti dijo además que existían buenas perspectivas de profundizar las relaciones de Italia con América latina e indicó como temas “prioritarios” los derechos humanos, la lucha contra la criminalidad internacional, las inversiones y la transferencia de tecnología. “Italia quiere contribuir a mantener el crecimiento en América latina”, concluyó.

A los periodistas no les fue permitido permanecer en la sala luego del discurso de Monti, pero se supo que los embajadores prefirieron no hacerle al primer ministro preguntas escabrosas.

Página/12 conversó con algunos embajadores al concluir la reunión.

–Principalmente le pedimos que se fortalecieran las relaciones entre Italia y América latina y celebramos el hecho de que Italia en este momento les esté dando tanta importancia a las relaciones con la región.

–Nadie hizo alusión a ese tema.

–Yo creo que debería incrementar y facilitar el comercio con nuestra región. Y con Argentina también, además de incentivar las relaciones bilaterales.

–Rediscutir situaciones preexistentes siempre es bueno.

–Que las relaciones con América latina son fundamentales para Europa.

–Nos conviene a ambos. A Europa porque su mercado ha decrecido. Nos conviene a noso-tros porque las nuevas tecnologías pueden aumentar nuestras exportaciones.

–Lo primero que Italia debería hacer es un discurso amplio y abrirle los brazos a Latinoamérica.

–Que pase de las palabras a los hechos. El discurso del acercamiento de Italia y América latina y el Caribe es una realidad. Pero hay que ir a lo concreto. Es cierto que Italia tiene ahora algunos problemas económicos, pero no es menos cierto que no se desarrollan intensas actividades de cooperación, no sólo comerciales sino políticas, culturales, sociales o humanitarias.

–Toda cooperación entre los grandes y los pequeños es fundamental y necesaria. La cooperación en materia de aporte tecnológico es fundamental para Latinoamérica. La tecnología se puede comprar, es cierto. Pero la tecnología que se puede transferir a través de la cooperación técnica es mucho más rica. También son importantes las inversiones. Que Europa tenga algunas dificultades económicas no quiere decir que no haya grandes capitales dispuestos a hacer inversiones en Latinoamérica.