EL MUNDO › DILMA ROUSSEFF DENUNCIó INTENTOS DESESTABILIZADORES DE LA OPOSICIóN

“El PT, blanco de una campaña”

La presidenta de Brasil señaló en entrevista con periodistas de portales y blogs que los enemigos políticos y mediáticos de su gobierno pretenden destruir el Partido de los Trabajadores antes de intentar un golpe blando.

 Por Darío Pignotti

Página/12 En Brasil

Desde Brasilia

Ante un grupo de periodistas independientes de los grandes medios, Dilma Rousseff habló sobre la avanzada golpista, desgastada por desinteligencias internas luego de la pobre convocatoria a la marcha del domingo pasado a la que habían imaginado como la antesala del impeachment presidencial. Ese error de cálculo –pensaban movilizar un millón de personas en San Pablo y fueron 100 mil según el diario Folha– perjudicó a la oposición, pero no la neutralizó. Conducidas por un grupo de extremistas sin otra brújula que el odio al PT y a los pobres, las derechas (desde la partidaria liderada por Aécio Neves hasta los jóvenes antipolíticos) cedieron terreno ante un gobierno que comienza a recuperar la iniciativa desmintiendo a quienes lo daban por muerto y con él a la presidenta.

Durante el reportaje realizado en Brasilia poco después de su regreso de la Cumbre de las Américas de Panamá, Dilma denunció una “campaña” contra el PT, cuyo tesorero fue preso ayer por un juez adicto a los golpes de efecto mediáticos, mientras un diputado opositor proponía la extinción del partido fundado por Lula. Desde San Pablo, el jefe petista anuda acuerdos con sindicatos y movimientos sociales, mientras elabora la estrategia para contener a los sediciosos.

“Yo creo que hay mucha gente que todavía apuesta a la tercera vuelta de las elecciones”, comentó Dilma apuntando, sin citarlo, al socialdemócrata Aécio Neves, el candidato derrotado en la segunda vuelta del 26 octubre del año pasado. “Tuvimos una elección muy disputada... y enseguida empezaron estas maniobras (desestabilizadoras). Ustedes recordarán que poco después de la votación quisieron pedir el recuento de los votos en un país como Brasil, que puede estar orgulloso de su sistema de urnas electrónicas”, recordó Rousseff.

La oposición “sufrió un gran estrés político (con la derrota por estrecho margen) y ahora sigue el tema con esta tercera vuelta, pero no creo que todo esto lleve a una crisis institucional... Vamos a cumplir trece años en el gobierno (el PT), y aquellos que hoy no están en el gobierno reaccionan de esa manera”.

Neves anunció ayer que los abogados del Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB) examinan la factibilidad del impeachment durante una rueda de prensa previa al encuentro con los cabecillas del Movimiento Brasil Libre y Venite a la Calle. En el PSDB no todos coinciden sobre la conveniencia de relacionarse con facciones declaradamente golpistas, que comienzan a espantar a sectores de la clase media como se hizo patente durante los actos realizados en San Pablo, Brasilia, Río de Janeiro y otras capitales.

Dilma entiende que los enemigos políticos y mediáticos de su gobierno pretenden acabar con el PT antes de intentar un golpe blando. “Creo que el PT está siendo objeto de una campaña, el gobierno no es solamente del PT, es una coalición. Y es obvio que si hay un gran desgaste del PT, eso me afectará... pero no es mi función resolver los problemas del PT”, declaró la mandataria en línea con lo afirmado por Lula.

“Desde hace diez años que hay una política premeditada de criminalizar al PT por sus defectos, pero más que nada por sus virtudes... No permitiremos que la infamia y el macartismo de algunas personas destruyan el proyecto político que comenzamos a construir”, dijo el ex gobernante (2003-2011).

Equiparó a los golpistas de hoy con los de 2005, cuando el ex presidente Fernando Henrique Cardoso (1995-2003), del PSDB, y la cadena Globo azuzaban el fantasma del impeachment.

“Dilma, contá con nosotros para lo que sea... si hay gente que va a salir a la calle para defenderte y ayudarte, esa gente está aquí”, se comprometió al hablar en el noveno Congreso Nacional de Metalúrgicos, realizado Guarulhos, en la periferia paulista.

Fue el martes por la noche, horas antes de la detención del tesorero petista Joao Vacari Neto, acusado de desviar dinero de Petrobras para financiar campañas electorales (ver recuadro).

Vistiendo una campera de la Central Unica de los Trabajadores, Lula desafió a los jueces, generalmente indiferentes a la corrupción de la oposición, a que se llegue a fondo: “Vamos a investigar la verdad, o acaso alguien cree que el dinero de los tucanes (apodo del PSDB) viene de las kermesses”.

Petrobras y “Veja”

Dilma no eludió ningún tema durante la hora y media de diálogo con periodistas de Carta Maior, Forum, Vermelho, Jornal GGN, Diario del Centro del Mundo y Socialista Morena, portales y blogs que libran un combate cotidiano contra la desinformación de las empresas dominantes.

Se manifestó a favor de la “regulación” económica de los medios y aseguró que jamás le concedería una entrevista a la revista Veja, expresión más acabada del periodismo chatarra y portavoz de los grupos destituyentes.

Defendió a Petrobras, diferenciando a la petrolera de los ejecutivos procesados por corrupción. “Lo que ocurrió en Petrobras no fue causado por el engranaje de la empresa, los responsables fueron algunos individuos. No hay denuncias ni investigaciones contra ninguno de los presidentes de Petrobras, como Graça Foster (renunció en febrero) ni José Gabrielli (nombrado por Lula).”

“La gestión de Petrobras está funcionando. Tanto es así que hoy producimos casi 2,1 millones de barriles por día... con 660 mil barriles de la zona de presal (pozos ultraprofundos descubiertos en 2007). Ese volumen del presal es muy significativo porque comenzó a explotarse hace poco tiempo.”

Para la mandataria, los ataques a la mayor empresa energética de América latina solapan un plan contra el desarrollo industrial autónomo.

“Hay algunos sectores que hablan contra el contenido local de los equipamientos de Petrobras, contra la producción local de bienes, equipamientos y hasta de servicios que son ofertaedos en Brasil.” “Lo que quiero decir es que la industria brasileña tiene que existir, hay que darle un alto grado de tecnología. Nosotros no vamos a hacer políticas antiindustriales”, concluyó.

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“Lo que ocurrió en Petrobras no fue causado por el engranaje de la empresa; fueron algunos individuos”, dijo Dilma.
Imagen: EFE
 
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