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Polonia sigue a la derecha con la elección presidencial

El conservador Lech Kaczynski ganó en segunda vuelta a su rival proempresa, Donald Tusk.

Los polacos decidieron continuar por la derecha. Después de las elecciones parlamentarias del mes pasado en las que se volvió a imponer la mayoría conservadora-liberal, ayer ganó la presidencia el candidato conservador, Lech Kaczynski. La segunda vuelta, sin embargo, ya había demostrado la tendencia del electorado polaco: el partido derechista Ley y Justicia (PiS) y el liberal Plataforma Cívica (PO), los mismos que actualmente comparten gobierno. En su primera declaración como próximo jefe de Estado, Kaczynski instó a que sus “amigos del PO concluyan rápidamente las negociaciones para la formación del gobierno”.
La familia Kaczynski completó ayer la celebración que había comenzado con el resultado de las parlamentarias del 25 de septiembre pasado. En esas elecciones, el líder del PiS, Jaroslaw Kaczynski, hermano gemelo del presidente electo y el responsable para muchos del crecimiento electoral que permitió desalojar a los ex comunistas que gobernaron el país en los últimos 10 años, consiguió un triunfo sobre los liberales por sólo tres puntos porcentuales. Entre los dos partidos consiguen una confortable mayoría de 288 escaños sobre los 460 del Parlamento polaco. Pese al triunfo, Jaroslaw renunció a desempeñar el cargo de primer ministro para no dañar las opciones de su gemelo a la presidencia. Según las encuestas, los polacos no habrían aceptado un primer ministro y un presidente idénticos, por lo que Jaroslaw prefirió ceder la jefatura del gobierno a un experto económico de su partido, Kazimierz Marcinkiewicz, y seguir ejerciendo poder desde la presidencia del PiS.
La victoria de ayer de Kaczynski fue una sorpresa para muchos. En primera vuelta, el candidato liberal, el empresario Donald Tusk, se había impuesto por 36,3 por ciento sobre un 33,11 por ciento de los conservadores. Los analistas locales ya adelantaban que el resultado de la segunda vuelta se dirimiría por un estrecho margen. Kaczynski alcanzó el 52,8 por ciento de los votos contra un 47,2 por ciento de Tusk, según un sondeo difundido por la televisión privada polaca. Los dos candidatos ya reconocieron este resultado. Tusk declaró desde su bunker: “Hoy tengo que decirme a mí mismo que no lo logré”. Además de pertenecer a la misma coalición gubernamental, Tusk y Kaczynski comparten un pasado de ex militantes del sindicato anticomunista Solidaridad, del ex presidente polaco y Nobel de la Paz, Lech Walesa.
Kaczynski, partidario del intervencionismo económico, jugó durante la campaña electoral con su imagen de político con experiencia y no manchado por la corrupción, fama que se forjó ocupando los puestos de presidente del Tribunal de Cuentas, de ministro de Justicia y de alcalde de Varsovia en la actualidad. Como ministro de Justicia trabajó contra el crimen organizado y promovió un sistema jurídico riguroso y represivo. “Soy y seré partidario de la pena de muerte”, afirmó abiertamente. Fiel a sus convicciones conservadoras y católicas, también prohibió varias manifestaciones de homosexuales en Varsovia en el 2004 y durante este año.
En el programa del PiS se destacan medidas como el endurecimiento del Derecho penal, el fortalecimiento de los poderes de la policía y de los tribunales de Justicia. Además, el partido se declaró a favor de reforzar la presencia y la influencia de Polonia en la Unión Europea, aunque durante la campaña mostró algunas actitudes caracterizadas por la oposición como eurofóbicas.

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El electo presidente polaco, Lech Kaczynski.
 
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