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Con una diferencia que oscila entre los trece y quince puntos, el delasotismo ganó las elecciones en Córdoba, seguido por el juecismo y tercera la alianza de radicales y socialistas, alcanzando cuatro, tres y dos diputados nacionales, respectivamente. Aunque el gobernador José Manuel de la Sota resaltó la victoria de su partido, los números beneficiaron al intendente Luis Juez, que creció en el interior y volvió a triunfar en capital, consolidándose como la segunda fuerza provincial en reemplazo de un radicalismo que no sale del abismo.
En una jornada lluviosa y tranquila, donde lo más picante estuvo en el duelo verbal que sostuvieron durante toda la jornada De la Sota y Juez, Córdoba volvió a dar sorpresas. La novedad de los comicios de ayer no pasó por el triunfo del delasotismo, que se descontaba, sino porque el partido de Juez hizo una gran elección y logró arrebatarle el noveno diputado en juego al oficialismo, distribuyéndose los legisladores de la siguiente manera: cuatro para Unión por Córdoba, tres para el Frente Nuevo y dos para Encuentro para el Cambio, la alianza de radicales y socialistas.
De esta manera, el juecismo alcanzó el objetivo que se había planteado, arrebatándole al gobernador De la Sota la posibilidad de ofrecerle al presidente Kirchner el triunfo que esperaba. Aunque el primer mandatario cordobés saliera a festejar su “décima victoria consecutiva”, los números de ayer dejaron perplejo a más de uno en el gobierno provincial, ya que esperaban un triunfo que oscilara los 20 puntos de diferencia. Según confiaron a este diario, hubo sectores del justicialismo capitalino enfrentados al gobernador que no votaron por sus candidatos, lo que habría disminuido su caudal en dicha ciudad.
El otro dato importante en un comicio en el cual votó cerca del 65 por ciento del padrón, estuvo en la aplastante derrota que sufrió el radicalismo en casi todas las grandes ciudades del interior que gobierna, como Río Cuarto, Río Tercero, Carlos Paz y San Francisco. Con esta performance, será difícil para el centenario partido pensar en una posible discusión por el poder de cara a las elecciones de 2007.
Con los números ya confirmados, la elección de ayer dejó en claro algunas cosas: que Córdoba fue una excelente canasta para el presidente Kirchner, quien podrá contar con siete diputados que apoyarán firmemente su gestión, independientemente que provengan del delasotismo o el juecismo, ambos aliados, que el aparato no alcanza para garantizar votos (no le alcanzó al radicalismo en el interior ni al delasotismo en la capital), y que la disputa por el poder provincial la dirimirán Luis Juez, que ayer ya se lanzó como precandidato, y el hombre que bendiga José Manuel de la Sota, que saldrá entre el recientemente elegido primer diputado, Eduardo Accastello, y el actual vicegobernador, Juan Schiaretti, que tiene peso propio dentro del partido. Todos los demás deberán leer los resultados de ayer, reflexionar sus estrategias y cambiar a tiempo, si no quieren ser meros espectadores de cómo justicialistas y ex justicialistas hoy con partido propio, se reparten todo el poder en Córdoba.