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Podríamos sacar algunas conclusiones después de los comicios. Como por ejemplo aquello de “Cambiar todo para no modificar nada”, aunque eso de “cambiar todo” es un poco exagerado. Mejor sería, o por lo menos más realista con lo que se nos da: “No cambiar nada para no modificar nada”. Pero tal vez esto sea demasiado negativo porque por ahí, por ahí, le podemos ver la cola al gato. No sabemos. Podría ser, por ejemplo, que ahora Kirchner va a estar más cómodo en el Parlamento y se atreva a marchar directamente contra la desocupación. ¿O es esto demasiado optimista? Sí, ganó Kirchner, o mejor dicho, se acomodó mejor en la montura. Pero surgió una figura conservadora en toda esta fiesta de vidrios de colores que fue ayer la Argentina. Mauricio Macri, nada menos en la Capital y justamente en La Boca, donde en 1904 fue elegido el primer diputado socialista de América, Alfredo L. Palacios. Cuántas esperanzas en 1904. En esas calles se cantó “La Internacional”. Ahora, la ciudad capital eligió a un conservador, cien años después. Quién te ha visto y quién te ve. Pero en la provincia de Santa Fe, donde está Rosario, llamada antes la capital del peronismo, triunfó Binner, un hombre sencillo, honesto y con ganas de terminar con las villas miseria y con los basurales. Dos figuras, Macri y Binner, para las próximas elecciones presidenciales, dos bien definidos. Y, por supuesto, para la reelección, Kirchner. Salvo que la inflación se dispare y repitamos la historia y llamemos a Martínez de Hoz. ¿Qué? ¿Exagerado? No, en las pampas y ríos argentinos la fantasía de la realidad lo ha hecho todo posible hasta ahora. Por ejemplo, ¿quién se hubiera imaginado la carnicería Cristina-Chiche? Después de casi doscientos años de Mariano Moreno y Manuel Belgrano...
Ayer fue día de demoras y fiebres. Observé que la gente salía de los colegios después de la boleta como si hubiera protagonizado un papel “protagonístico”. Y tal vez lo único fue sacarse el gusto y decirle No a Moria. Hoy todos se volcarán a las calles ruidosas al mismo ritmo de todos los días. No, claro, las cosas se obtienen cuando se sale a las calles. Sí, sí, el espontaneísmo de las masas... pero no nos metamos en la teoría. Nos pidieron que comentáramos las elecciones. Nada de desviacionismos. Por ejemplo, estarán muy contentos los intelectuales peronistas, ahora un solo partido hegemónico, se acabaron las disyuntivas. Ahora dos peronismos que en el fondo es uno, en cuanto a definiciones, proyectos, programas. Tal vez uno menos clientélico que el otro. Pero, ¿cual es la verdadera incógnita? ¿Más Mercosur? ¿Menos fronteras? ¿Bolívar o el perito Moreno? El Senado de la Nación, por iniciativa de Eduardo Menem, me calificó de persona no grata. Porque presenté un proyecto de la unidad aduanera de las dos Patagonias, la argentina y la chilena, como principio, como primer paso al sueño bolivariano de los Estados Unidos de Latinoamérica. Ahora me voy a presentar ante el nuevo Senado para repetir el proyecto y a lo mejor tengo suerte de que me quiten el calificativo de “persona no grata”. Aunque acaba de decir la radio que Carlos Menem va a ser senador. ¡Tiemblen idealistas!
Un día movido, ayer. Aunque no tanto. Nos queda, como siempre, esperar. Los golpes y cuartelazos se van alejando, tal vez. El largo camino de la verdadera democratización todavía no encontró la aurora definitiva. Pero con el pesimismo no se logra avanzar. Con más de lo mismo, tampoco. Pero ojalá que se empiece con edificar casas, plantar árboles y niños alegresen amplios patios escolares. Alguna vez hay que empezar. Aunque ya en pocos días venga Bush a Mar del Plata a ajustarnos disciplinas globalizadas.