EL MUNDO

Bush admite que mandó a espiar, pero era legal

El presidente justificó las escuchas telefónicas y la intercepción de mails sin orden judicial diciendo que fue contra personas “conocidas por sus vínculos con Al Qaida”. Dijo que era un programa “altamente secreto”.

El presidente estadounidense George W. Bush admitió ayer que autorizó a la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) a efectuar operaciones de espionaje en Estados Unidos contra personas “conocidas por sus vínculos con Al Qaida”. Bush se refirió así a una información publicada el viernes por el diario The New York Times, según el cual el presidente permitió, sin permiso judicial, el espionaje de comunicaciones de ciudadanos de Estados Unidos y extranjeros en su territorio tras los ataques del 11 de septiembre de 2001.
“En las semanas que siguieron a los atentados contra nuestro país, autoricé a la Agencia de Seguridad Nacional, conforme al derecho estadounidense y a la Constitución, a interceptar las comunicaciones internacionales de personas conocidas por sus vínculos con Al Qaida y con organizaciones terroristas a las que está asociada”, dijo Bush durante su alocución semanal por radio, que también fue transmitida por televisión. “Los procedimientos que autoricé ayudaron a detectar e impedir posibles atentados en Estados Unidos y en el exterior”, aseguró el mandatario., justificando la existencia de un “programa altamente secreto” esencial para la “seguridad nacional”. Además, Bush afirmó que las medidas fueron aprobadas de acuerdo con las “más altas instancias judiciales” y miembros del Congreso también estuvieron informados sobre el programa, que era revisado cada 45 días. “Los estadounidenses esperan que haga todo lo que esté en mi poder, respetando las leyes y la Constitución, para protegerlos y sus derechos civiles. Eso es exactamente lo que haré mientras sea presidente de Estados Unidos”, aseguró Bush. Por otra parte, criticó la divulgación de las informaciones, ya que argumentó que ahora “nuestros enemigos poseen información que no deberían haber tenido”.
Según The New York Times, el presidente firmó en 2002 una orden que permite a la NSA espiar las conversaciones telefónicas y los correos electrónicos, de Estados Unidos hacia el extranjero, de cientos y quizás miles de personas, sin solicitar orden judicial. Asimismo, el diario informó que hasta el momento la NSA escuchó a 500 personas en Estados Unidos y entre 5000 a 7000 en el exterior, todos sospechosos de estar vinculados con el terrorismo. “Autoricé este programa (...), y tengo la intención de renovarlo durante el tiempo que nuestro país siga amenazado por Al Qaida y otros grupos asociados”, afirmó Bush ayer. Además, funcionarios estadounidenses dijeron al New York Times que este programa había logrado desbaratar conspiraciones terroristas, y como ejemplo citaron al camionero de Ohio, Iyman Faris, que en 2003 se declaró culpable de apoyar a Al Qaida y planear la destrucción del puente de Brooklyn en Nueva York. Sin embargo, de acuerdo con el diario, algunos funcionarios se han cuestionado si esta vigilancia no sobrepasó los límites constitucionales.
Las informaciones tuvieron consecuencias negativas en el Congreso, en especial sobre la renovación del polémico paquete de medidas de la Ley Patriota, un proyecto de ley antiterrorista de 2001 bloqueado en el Senado el viernes. Bush instó ayer al Congreso a que prorrogue la validez de esas leyes más allá del actual mes de diciembre. Sería “irresponsable”, dijo, bloquear esa ley. “En la lucha contra el terrorismo no nos podemos permitir prescindir ni un momento de ella”, agregó. Hoy por la noche, a las 21 horas local de Washington (23 horas de Argentina), Bush dará un discurso televisado al pueblo norteamericano sobre Irak.

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