EL MUNDO › GEORGE W. BUSH SE HIZO UN PRESTAMO CUANDO ERA EMPRESARIO DEL PETROLEO

Haz lo que yo digo, no lo que yo hice

Por Matthew Engel
Desde Washington

Mientras Wall Street se desmoronaba en torno de él, el presidente Bush se enfrentaba ayer a otra embarazosa revelación sobre sus propios negocios. En respuesta a artículos de los diarios de la mañana, la Casa Blanca admitió que el presidente se había beneficiado con préstamos de bajo interés de una empresa de la que era director, precisamente el tipo de negocio que dijo que quería que se prohibiera en su discurso sobre la ética de la empresas, el martes.
La Casa Blanca dijo que esos préstamos, hechos cuando Bush era director de la corporación Harken Energy a fines de la década de los ‘80, eran “totalmente adecuados y fueron revelados en su totalidad”. Y no hubo ninguna sugerencia de que él hubiera violado la ley. Pero la novedad fue otra partícula de la suciedad que ha comenzado a adherirse a la administración, y que los opositores demócratas esperan que pueda llegar a percibirse como una corrupción relacionada a los negocios. “Si eso es lo que pasó, lo pone en una situación difícil para criticar a otros –dijo Tom Daschle, el líder de la mayoría en el Senado–. Quizás haya alguna diferencia. Si la hay, no la conozco.” Los demócratas esperan que la ola de escándalos pueda ayudarlos en las elecciones legislativas de noviembre.
Dan Bartlett, director de comunicaciones del presidente, dijo que los préstamos eran una práctica común, para alentar a los directores a que tuvieran una inversión en su propia empresa. Bush recibió un préstamo de 180.000 dólares para poder comprar acciones de Harken. Se le dio una tasa de interés del cinco por ciento, sin onligación de repagar el capital durante ocho años. Barlett dijo que Bush no había hecho una ganancia cuando terminó de pagar su deuda.
Durante la última semana, el presidente se vio obligado a defenderse contra acusaciones de que había vendido acciones de Harken por casi un millón de dólares en 1990, justo antes que cayeran, y luego no había revelado el negocio a las autoridades reguladoras en el momento preciso. También se ha visto confrontado con preguntas sobre las prácticas contables de Harken mientras su vice presidente, Dick Cheney, está siendo demandado por su conducción de otra empresa de energía, Halliburton.
El discurso del presidente en Nueva York fue un intento de restaurar la confianza de los inversionistas después que se supo que Bernie Ebbers, el jefe ejecutivo del derrumbado grupo WorldCom de telecomunicaciones, recibió 400 millones de dólares en préstamos de su empresa. El discurso parece haber fracasado espectacularmente: las propuestas fueron muy atacadas por débiles, y en los dos días desde entonces, miles de millones más han desaparecido de los planes de pensión y de riqueza de los norteamericanos, con ventas cercanas al pánico en Wall Street.
El índice del Dow Jones cayó 283 puntos el miércoles, su peor día desde después de los ataques del 11 de septiembre, y cayó otros 100 puntos más antes del cierre del mercado ayer, llegando a una caída del siete por ciento en la semana. El Londres, el índice FTSE de las principales acciones cayó 190 puntos.

* De The Guardian de Gran Bretaña, especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.

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