EL MUNDO › CINCO MINISTROS APOYAN LA REELECCION DEL PRESIDENTE URUGUAYO

Clamor por otra vuelta de Tabaré

A falta de un candidato a prueba de balas para el 2009, crece la movida para reformar la Constitución y habilitar la reelección.

 Por María Laura Carpineta

Tabaré Vázquez sigue siendo la carta ganadora de la izquierda uruguaya. De poco ha servido que el mandatario fuera categórico y contundente cada vez que rechazó la posibilidad de su reelección. Esta semana cinco de sus ministros salieron a pedir públicamente su reelección, entre ellos uno de los presidenciables más fuertes de la coalición progresista, el ex tupamaro José Mujica. Mientras que Vázquez optó por no responder a sus compañeros, la oposición, sin disimular su nerviosismo, no tardó en intentar desestimar los pedidos de reelección, una posibilidad que la Constitución uruguaya no permite.

No fue casualidad que varias figuras fuertes del gobierno y de la coalición salieran ahora, más de cuatro meses después de que Vázquez anunciara que no buscaría la reelección ante miles de simpatizantes en el segundo aniversario de su gobierno. Hace dos semanas una encuesta de la consultora Factum pateó el tablero político en Montevideo. Por primera vez el gobierno –o el FA– no superaban el 50 por ciento de los votos. Hace tres años, la fuerza progresista había conseguido el 51 por ciento, una popularidad que mantuvo –e incluso llegó a superar durante los primeros meses– hasta estos días. Según el sondeo, si las elecciones fueran ahora el FA sólo reuniría el 47 por ciento de los votos, lo que forzaría un ballottage. De todas formas, la situación no es todavía alarmante. Su rival, el Partido Nacionalista (blancos), todavía está lejos con el 31 por ciento, pero ascendería a por lo menos el 40 por ciento con los votos que obtendrían los colorados.

Aunque las encuestas le siguen siendo favorables, en el seno del FA ya hay quienes comenzaron a preocuparse. En primer lugar, todavía quedan dos años de gobierno y la situación puede empeorar. Y en segundo lugar, la coalición no cuenta con un “candidato cantado” que no sea el presidente. Para la senadora Lucía Topolansky, debe ser alguien que genere consenso en la fuerza y entre la sociedad. “Hay otras posibilidades en el Frente, pero si se presentara el presidente nos facilitaría la interna”, le dijo a este diario la esposa de Mujica. Topolansky no quiso hablar de las tensiones internas de la coalición, pero dejó bien claro que la mejor y más fuerte opción sigue siendo Vázquez. “No lo vamos a obligar a punta de pistola, pero si cambia de posición, ya sabe que algunos lo apoyamos,” señaló.

Entre quienes lo apoyan ya se anotaron la ministra de Salud Pública, María Julia Muñoz; el titular de Ganadería, José Mujica; de Transporte, Víctor Rossi; de Desarrollo Social, Martina Arismendi y de Trabajo, Eduardo Bonomi. El ex tupamaro Mujica, titular de Ganadería, no dudó en sumarse a este grupo, aun cuando él se perfila como uno de los presidenciables más fuertes, junto con su contracara, el ministro de Economía. Danilo Astori. “Es la carta ganadora”, dijo con una sonrisa el ex tupamaro.

Para el politólogo uruguayo Jorge Lanzaro, el ministro tiene razón. Por un lado, explicó, están los dos candidatos de primera línea: Mujica y Astori. Por otro, “los reemplazos razonables” que no tienen una tradición de liderazgo dentro del Frente: el vicepresidente Rodolfo Nin Novoa y el nuevo director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, Enrique Rubio. “El dilema es que Mujica podría ganar dentro del Frente, pero no es seguro que gane la carrera presidencial. Por el contrario, Astori no conseguiría una mayoría dentro de la coalición, pero sí tiene chances en la elección general”, explicó a Página/12 el investigador del Instituto de Ciencia Política de la Universidad de la República. “Y en cuanto a los otros dos posibles candidatos, Nin y Rubio, todavía se perfilan como muy débiles. Los liderazgos no se construyen de un día para el otro”, agregó.

En este escenario no es sorprendente que haya voces del oficialismo intentando evitar la batalla política que se avizora para el año que viene, cuando el congreso del FA deberá elegir a su binomio presidencial para octubre de 2009. El problema que tendrán los que apoyen la candidatura de Vázquez será conseguir no sólo que el presidente revea su postura, sino lograr los votos para forzar una reforma constitucional. Esto ya se hizo en 1971. En esas elecciones los colorados presentaron como candidato al entonces presidente Jorge Pacheco Areco, al mismo tiempo que plebiscitaban la inclusión de la reelección en la Constitución. Adelantándose a una posible derrota, también candidatearon una opción B, Juan María Bordaberry. Hicieron bien. Areco ganó la votación pero no los suficientes votos como para instalar la reelección. Asumió Bordaberry, por entonces una figura de segunda línea dentro del partido. “Llegó al poder con una debilidad congénita que sólo superó con el golpe de Estado de 1973”, explicó Lanzaro.

El FA puede hacer lo mismo. Convencer a Vázquez, juntar firmas para poder plebiscitar la reforma constitucional y, por las dudas, elegir a un candidato alternativo para la presidencia que convenza a toda la coalición y que tenga llegada entre los uruguayos. Todo en un año.

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Los ministros de Tabaré Vázquez quieren repetir esta escena del 2005, cuando asumió.
 
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