EL MUNDO › JOSE “PEPE” MUJICA

Directo y campechano

 Por Mercedes López San Miguel

“Dios es brasileño, no uruguayo”, dijo José “Pepe” Mujica y provocó risas, quien ve con admiración al presidente Lula Da Silva. Mujica, de 75 años, es sencillo, calentón, “Pepe se enoja y se le pasa rápido”, contó su mujer Lucía Topolansky. En los años ’60, ambos fueron miembros del Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros (MLN-T) desde donde intentaron cambiar el rumbo de su país. Eran clandestinos, eran perseguidos. Así se dio la afinidad entre ellos. “Pepe es muy sociable, yo soy mucho más antipática, nos complementamos”, dijo Lucía.

Mujica fue detenido en 1970 pero logró escapar en dos ocasiones, una de ellas fue una fuga masiva de la cárcel de Punta Carretas –hoy un shopping– a través de un túnel construido desde el penal hacia una vivienda cercana. Junto a otros ocho detenidos se convirtieron en los “rehenes de la dictadura”, sujetos a los peores vejámenes y tormentos. Los militares no los mataron, pero les anunciaron que los volverían locos. Recuperó la libertad en 1985.

A más de 20 años de ese calvario, Mujica apuesta a ganar los comicios de hoy liderando la coalición de centroizquierda Frente Amplio. En mayo, Mujica renunció a su formación, Movimiento de Participación Popular (MPP) –la más votada del FA– y pasó a ser de todos los partidos. “No creo más en blanco y en negro, creo en los tonos intermedios”, dijo hace poco al diario uruguayo El Observador.

Con un lenguaje llano, popular, poco medido, y muchas veces polémico, Mujica fue objeto de críticas incluso del presidente Tabaré Vázquez, quien calificó de “estupideces” las polémicas declaraciones del candidato respecto de los políticos argentinos que se publicaron en el libro Pepe, coloquios. Como consecuencia, Mujica limitó su contacto con la prensa y se abocó a la campaña electoral.

Según los analistas, ese mismo estilo directo y campechano lo llevó a ser el senador más votado en las elecciones del 2004. Y también fue el factor que le permitió imponerse a Astori, el candidato preferido de Vázquez, en las elecciones partidarias internas en junio de este año.

Mujica y su esposa viven en una chacra y donan parte de su sueldo a un fondo para pequeños emprendimientos familiares, al igual que el resto de los integrantes del MPP.

La vivienda, en Rincón del Cerro, un barrio rural de Montevideo, será su lugar de residencia aunque gane las elecciones, que se prevé se definan en una segunda vuelta establecida para el 29 de noviembre.

Mujica, el único de los tres candidatos a presidente que no figura en las listas para ser electo senador, ha repetido que si pierde los comicios se dedicará a cultivar su chacra, lejos de la vida política activa. “Si pierdo me voy a cortar acelga a mi chacra, a mi barrio, no voy a estar compungido ni nada por el estilo, porque estoy en una etapa de la vida que no tengo otra cosa que ofrecer”, dijo el político más popular de Uruguay.

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