Los escándalos sexuales vuelven a acosar al gobierno italiano. La Fiscalía de Florencia, encargada de investigar las supuestas irregularidades cometidas en la organización de la sede del G-8 en julio de 2009, señaló ayer que el subsecretario de Estado y jefe de la Protección Civil italiana, Guido Bertolaso, recibió una “fiesta de sexo” a cambio de favores en la organización de esa cumbre internacional. La investigación contra Bertolaso tomó un nuevo giro ayer, tras darse a conocer una serie de escuchas telefónicas que comprometen al protegido de Silvio Berlusconi. Según los dos mayores diarios del país, La Repubblica e Il Corriere della Sera, que publican parte de las conversaciones, Bertolaso aprovechó los favores sexuales puestos a disposición por el empresario constructor romano Diego Anemone, detenido anteayer por la misma causa, a cambio de beneficios en los proyectos de licitación. Se presume que también hubo pago de coimas. “Bertolaso se reunió con frecuencia con Anemone y uno de esos encuentros fue precedido por numerosas llamadas telefónicas del constructor para reunir sumas notables de dinero”, aseguró el fiscal florentino Rosario Lupo, citado por los medios locales. El jefe de la Protección Civil, que apenas estalló el escándalo presentó su renuncia, rechazada anteayer por Il Cavaliere, se defendió de las graves acusaciones. “Estoy dispuesto a dar la propia vida para demostrar que no ha engañado a los italianos”, aseguró.