EL PAíS › EMPIEZA A FUNCIONAR EL CENTRO CULTURAL HAROLDO CONTI

El arte en la ex ESMA

En pocos días ya se podrá visitar la biblioteca del centro cultural, que también tendrá un área de plástica y una cinemateca. Como primera actividad se presentan dos libros.

La biblioteca ya está prácticamente funcionando. Tendrá, entre otras curiosidades, los libros secuestrados por “el Camarón”, como se conocía a la Cámara Federal Penal creada por la dictadura de Alejandro Agustín Lanusse para perseguir a los opositores. En el edificio habrá también un área de artes plásticas y una cinemateca. “La idea es que éste sea un lugar donde se puedan mostrar esos cruces entre el arte y la memoria”, dice Eduardo Jozami sobre el Centro Cultural Haroldo Conti, que funcionará en el predio de la ESMA a partir del próximo 31 de mayo. Como inicio de las actividades sacarán dos libros: una recopilación de las notas que Haroldo Conti escribió para la revista Crisis y la reedición de El violento oficio de escribir, de Rodolfo Walsh.

–¿Cuál va a ser la diferencia entre este espacio y otros que funcionan en la ESMA, como el de las Madres?

–Es difícil saberlo todavía, cuando estamos empezando. Me da la impresión de que el espacio de las Madres va a estar ligado a su universidad, va a tener un sentido más formativo, con talleres y actividades de capacitación, mientras que el nuestro va a estar enfocado en la expresión de posturas, tendencias y debates. En la Argentina hay mucha producción artística en relación con el terrorismo de Estado, desde la literatura, el cine, la pintura, la fotografía... Nos interesa mostrarlo y, al mismo tiempo, impulsar la reflexión sobre el tema.

–¿Con qué actividades comienzan?

–La biblioteca Obispo Angelelli, de la Secretaría de Derechos Humanos, va estar lista para ser consultada en unos días. La idea es desarrollarla para que sea una biblioteca especializada, de referencia. Pero el centro cultural no está pensado solamente para investigadores o especialistas, vamos a plantearnos otras actividades, como el cine para las escuelas, que nos parece fundamental para ampliar los alcances. En la inauguración, el sábado 31, va a haber actividades como números musicales, lectura de poesía, la presentación del libro de Walsh, la exposición de algunas de las pinturas ya donadas para la sala. Queremos, además, que Miguel Rep pinte ese día una de las paredes del centro con un mural. Y el domingo 11 vamos a presentar en la Feria del Libro el primer libro de las ediciones del Centro Cultural, con textos de Haroldo Conti y sobre él, que sacamos junto con Colihue. El centro va a hacer convenios con diferentes editoriales para ir sacando colecciones. También estamos preparando debates y jornadas.

–¿Con qué temas?

–Estamos trabajando con María Moreno para hacer, en agosto, unas jornadas sobre ficción y memoria histórica a las que se va a convocar a escritores jóvenes que han escrito en estos últimos años novelas sobre aquel período. En octubre está convocado un seminario internacional sobre políticas de la memoria... y pensamos para junio un par de debates sobre los 40 años del Mayo Francés.

–¿Tomaron modelos de otros centros culturales para este proyecto?

–Estuvimos viendo, pero no hay muchos modelos que uno pueda tomar, porque en general en el mundo hay espacios de memoria y, por el otro lado, centros culturales. Es un tema en discusión, hay gente que dice que lo que hay que hacer con el horror es simplemente mostrarlo, que no hay por qué ficcionalizar el horror. Nosotros pensamos que una aproximación a estos temas desde el lado del arte, la fotografía, el pintura, la literatura, enriquece la visión y el debate sobre la memoria. Ese es el objetivo, claro que va a depender, como todas las cosas, de qué respuesta vayamos encontrando.

–¿Modificaron el edificio o lo mantuvieron igual para armar el centro?

–Lo dejamos igual, salvo reparaciones de los lugares donde había humedad o alguna rotura. Hay un proyecto para el año 2010, de una obra importante para construir un anfiteatro para 400 personas (Cristina Banegas es la encargada del área de teatro) y un espacio de arte muy amplio, aprovechando las características del edificio. La idea del gobierno nacional es tenerlo terminado para el Bicentenario. Nosotros estamos empezando a trabajar con independencia de esa obra, porque la biblioteca ya empieza a funcionar. Aunque no podamos disponer de todo el edificio vamos a poder funcionar bien.

–Además de libros, ¿va a haber otros materiales de consulta?

–Una hemeroteca. Recibimos ya la donación de las colecciones completas del diario La Opinión y la revista El Periodista, y pensamos que va a haber más donaciones. También va a haber material fílmico.

–¿Qué hay entre los libros secuestrados por el Camarón?

–De todo un poco, pero sobre todo mucha literatura de izquierda muy clásica, por ejemplo manuales de la academia del URSS. Se nota que eso es lo que más buscaba la policía, aunque en realidad nosotros ya leíamos otras cosas en los ’70. Son unos doscientos libros, algunos semiquemados, que encontraron en la Cámara Federal y pasaron después al Archivo de la Memoria. No sólo de la época de Lanusse, sino también posteriores, incluso de los ’80. Son la muestra de que la policía siguió secuestrando libros incluso en épocas democráticas.

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“La idea es que sea un lugar donde mostrar cruces entre el arte y la memoria”, dice Eduardo Jozami.
 
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