EL PAíS › EL REMATE DE LA LUJOSA PROPIEDAD DE MARIA JULIA ALSOGARAY

Sin ofertas por el petit hotel

No hubo ofertas por el petit hotel de María Julia Alsogaray. Apenas unos minutos después de las 11, hora en la que estaba anunciado –y comenzó con puntualidad inglesa– el remate judicial de la vivienda de la ex funcionaria menemista, la martillera Luisa Safdie de Kattah dio por concluido el trámite luego de que nadie hiciera una oferta ante los primeros llamados. Fuentes judiciales confirmaron a Página/12 que la operación se repetirá antes de fines de noviembre, con una rebaja en el precio de base, que ayer fue de 3.584.000 pesos.

La primera fila de asientos en la Sala Santa María de los Buenos Ayres de la sede del Banco Ciudad estaba vacía. Ese es el lugar reservado para los ofertantes, esas personas con las paletas numeradas que se ven en las películas, generalmente testaferros de los verdaderos interesados, en particular cuando se trata de operaciones de esta magnitud. Tras leer las condiciones del remate, la martillera Safdie preguntó unas cuantas veces si había algún postor en la sala pero, ante el sostenido silencio, decidió levantar la sesión. La concurrencia estaba compuesta por una mayoría de periodistas, algunos funcionarios judiciales y bancarios, además de un puñado de curiosos. Todos abandonaron rápidamente la sala.

Los motivos por los cuales no hubo ofertas no quedan claros, aunque los asistentes tenían, cada uno, su propia explicación. Un funcionario del Tribunal Oral Federal 4, que ordenó la venta del petit hotel para saldar la deuda de 3.200.000 que mantiene María Julia con el Estado a causa de su enriquecimiento ilícito, aseguró que la falta de ofertantes en la primera ronda de remate es “lógica”, ya que en general los compradores “esperan a que quede vacante y así poder comprar más adelante a un precio menor, incluso sin base”. En los próximos días, el tribunal deberá ordenar un nuevo remate: en general, cuando sucede que el primer intento no recibe ofertas, se aplica una rebaja del 25 por ciento.

Otra explicación para el fracaso del remate es que, a diferencia de la mayoría de estas operaciones, en las que el comprador abona la seña por medio de un cheque certificado, esta transacción debe hacerse al contado por decisión del Tribunal. Así, los que hubieran querido pujar por el petit hotel debían acudir al remate con un adelanto del 30 por ciento del valor de la propiedad, más de un millón de pesos en efectivo. En voz baja, hubo quienes aseguraban que el edificio no se vendió “porque es de María Julia”. Como si fuera poco, la propiedad está ocupada por la familia de la ex secretaria de Medio Ambiente y, según confiaron a este diario, hubo algunas consultas al juzgado acerca del trámite para desalojarlos, otro escollo para la venta del palacete.

El edificio de la calle Junín, en el barrio porteño de La Recoleta, tiene una superficie de 930 metros cuadrados cubiertos en cuatro plantas y, aunque fue casi desmantelado por su dueña, que se llevó hasta las tapas de los enchufes, su valor de mercado ronda los 5 millones de dólares. María Julia Alsogaray fue condenada en 2004 a dos años de prisión –de los que cumplió 19 meses–, y luego de que la condena quedara firme por un fallo de la Corte Suprema, el TOF 4 le ordenó reintegrar al Estado el valor estimado de su enriquecimiento ilegal, calculado en 1.200.000 dólares, monto que sería donado a un hospital o entidad de bien público.

Informe: Nicolás Lantos.

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Entre los asistentes al remate no hubo ni un ofertante por el inmueble.
 
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