EL PAíS › CRISTINA FERNANDEZ DE KIRCHNER CONTO LOS DETALLES DE SU ALMUERZO CON EL PAPA

Un relato en primera persona

La Presidenta narró su encuentro con Francisco a través de Twitter. En un acto en la Rosada dijo que la rosa blanca que le regaló Bergoglio la llevará a la iglesia de El Calafate.

La Presidenta volvió a recordar su viaje al Vaticano de comienzos de esta semana en el que asistió al inicio del pontificiado del papa Francisco, con quien compartió un almuerzo. Durante el acto realizado en Casa Rosada ayer por la tarde, habló de la rosa blanca que llevará a la iglesia de El Calafate, regalo del religioso, cuya historia ya había relatado un rato antes, a lo largo de treinta y dos tweets, en las redes sociales, con la forma de una crónica como la que había realizado al regresar de Caracas, cuando viajó a despedir al fallecido Hugo Chávez:

“Olivos. Hace menos de 24 horas llegamos de Roma. Recuerdo otro regreso. Con él en 2005 luego de asistir juntos a la asunción de Benedicto XVI. Cuánto tiempo. Cuántas cosas. Esta vez, en la Plaza San Pedro, él no pudo sentarse a mi lado. Cuántos sentimientos en los últimos 15 días.” “El martes 5 en Caracas, acompañando al pueblo venezolano y a mi compañero y amigo Hugo Cabed, Florencia a mi lado me decía, ante la visión de esa marea humana conmovida: “Tengo la sensación de estar dentro de una película”. “No hija, no es una película, es algo más definitivo y trascendente, la Historia. La de los pueblos con sus alegrías y sus infinitos dolores. ¿Por qué será que el dolor parece durar más que la alegría? ¿Será que estoy más vieja? ¿O que siendo tan intenso el dolor a veces parece eterno?” El lunes 18 llegué a Santa Marta, Vaticano. Me había invitado a almorzar el nuevo papa. Un argentino en la silla de San Pedro. Al ingresar me invadió una tranquilidad perfecta y me sentí, por primera vez en ese lugar, más argentina que nunca. “Llevaba un collar de perlas pequeñas, las más blancas que tengo. Las que me regaló Marta, la mamá de Rocío en ésta, su última Navidad. Quería que sus hijas y Chávez su esposo sintieran que también estaban allí. Cuando estoy con Francisco le digo que como Megafón lo esperan batallas celestiales. Se ríe: “Es mi libro preferido, me encanta Marechal”. Megafón o la Guerra, obra maestra de Leopoldo Marechal. Nave insignia de una generación. Un Papa muy lector como todo jesuita. Clásicos universales y clásicos argentinos. Porque además es un jesuita argentino. “Antes de pasar al comedor vuelve sobre sus pasos y me dice: ‘Tengo algo especial para usted y quiero que lo guarde’. Me entrega una rosa blanca.

“Es el símbolo de Santa Teresita, a la que siempre le rezo”, me cuenta. Es su santa preferida. Me recomienda una y otra vez que la conserve. “Nos sentamos a la mesa y le digo: ¿Sabe que el día que lo eligieron en el santoral era Santa Cristina de Persia, la Señora de los Imposibles? Se sorprende. (Zas, ya veo que Clarín en un rato titula: CFK le dijo al Papa que fue elegido gracias a ella). Me agradece mucho que haya ido. Le pregunto si acaso pensó que no iba a venir. “Y uno nunca sabe”, me contesta humilde. Tiene razón. “Uno siempre tiene sensaciones que te las crean de afuera hacia adentro. Hay que insistir mucho en dar de adentro de uno hacia afuera. Seguro que no te equivocás o por lo menos te equivocás menos... Lo invité a que visite la Argentina, su país. “Me habla de Malvinas, de la Patria Grande, de San Martín, de Bolívar... ¿El Papa, se entiende? Habla de los jóvenes, dice que logramos algo que no se veía hace tiempo, que la juventud se interese por la política. Me pega en el corazón. Me habla de la trata de personas y el trabajo esclavo y le comento los avances logrados, aún falta mucho. Todo el compromiso. “Luego de 2 hs de almuerzo y mate cocido (los saquitos los llevé yo) vamos a la salida. Insiste en acompañarme a la puerta para despedirse. Una mañana muy lluviosa y ventosa. Buen augurio. Ya saben que soy de las que creen en las señales. “Llego al hotel y me avisan que llamó Lito. ¿Que quién es Lito? El párroco de El Calafate, mi cura preferido... Lito dice que Santa Teresita del Niño Jesús, nombre de la Santa de la Rosa, es la patrona de El Calafate y nombre de su parroquia. Por algo es cura. Creer o reventar. “La llamo a Rocío y le digo si se dio cuenta que usé el collar que me había dado su mamá. Me dice que sí, y me señala que almorzamos en Santa Marta, nombre de su mamá y lugar donde Cabed y Santos acordaron la paz con Néstor. “No les dije, estoy vieja. Miro por la ventana, el enorme edificio frente al hotel romano donde siempre me alojo desde hace años. Es el de la orden de los jesuitas. En pocas horas partíamos una vez más hacia Argentina. La Patria.”

Compartir: 

Twitter

La presidenta Cristina Kirchner y el papa Francisco durante su encuentro en el Vaticano.
Imagen: Télam
 
EL PAíS
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.