EL PAíS › EL PRESIDENTE BUSCA PROFUNDIZAR EL PERFIL SOCIAL DE SU GESTION

Con la pobreza como contradicción principal

Duhalde está convencido de que lo social y lo productivo deben ser los dos ejes de su gestión. Quiere dedicarles todo su tiempo, ahora que (espera) contará con recursos. El rol que le asigna a Chiche. Las consignas con que instruyó a sus equipos.

 Por Diego Schurman

Eduardo Duhalde profundizará el perfil “social” de su gestión. El Presidente no sólo tiene decidido multiplicar los encuentros del denominado gabinete social, sino que también apuesta a una mayor presencia oficial en las zonas postergadas. “No nos pidió, directamente nos dio órdenes con-tun-den-tes para que salgamos a acercar soluciones para la gente ya”, admitió a Página/12 el secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández.
Duhalde imagina un escenario favorable: quiere aprovechar la luna de miel con los gobernadores, que se avinieron a la firma de un nuevo pacto fiscal, y también cierta tranquilidad que transmite la aprobación del Presupuesto. Dos requisitos, al fin, exigidos por el FMI.
El momento es estratégico. Con las retenciones a los exportadores, el Gobierno ahora contará con un dinero extra para la ayuda social.
Un hecho cotidiano reflejó la decisión presidencial. Ocurrió el martes, cuando le consultaron sobre la posibilidad de agregarle una reunión fuera de agenda.
–No. Ahora no quiero nada que no fuera social y productivo.
Duhalde no reniega de la impronta justicialista, pese a los fantasmas que se echaron a rodar por su marcado “populismo”. De todos modos, el acercamiento a la gente variará en forma y contenido.
Su mujer, Chiche, no es partidaria de mutar a Evita. De hecho, ya recorrió varias provincias y asignó millones de pesos en productos que nunca fueron registrados por las cámaras. “Tiene un perfil bajo. Un político clásico ostenta cuando reparte. A la señora no le gusta. Es más, muchas veces ni siquiera quiere aparecer a la hora de repartir”, señalaron fuentes de Desarrollo Social.
En la Casa Rosada tampoco imaginan a Duhalde asumiendo el papel de su mujer. Pero sí poniendo su cuerpo en distintos distritos para enfatizar –gabinete social mediante– las “virtudes” del plan alimentario nacional y el programa para jefes y jefas de familias desocupadas, los caballitos de batalla de Chiche.
“No se trata de marketing. Esto no se podía hacer antes. Había que organizar otras cosas: la situación financiera, el corralito... ahora hay que actuar para darle de comer a la gente en un país que registra 14 millones de pobres”, se sinceró Fernández.
–¿De qué manera? –preguntó Página/12.
–Poniendo en marcha la ayuda alimentaria y los programas de empleo anunciados.
En el Gobierno tienen depositadas grandes expectativas en el BID. Imaginan un no muy lejano desembolso de dinero fresco para atender a los sectores empobrecidos. Su titular, Enrique Iglesias, tiene contacto directo con Chiche Duhalde y además puso a la Argentina en el puesto número uno de las prioridades.
Desde Desarrollo Social aseguran que la relación se consolidó en los tiempos en que Chiche se ocupaba del área social en la provincia de Buenos Aires y transformaba en hechos “tangibles” la ayuda financiera del BID en el distrito.
De todos modos, las retenciones a los exportadores, que después de varias idas y vueltas se decidió esta semana, apareció como un fuerte empujón para el cambio de actitud del Gobierno. Sobre todo por la discusión previa que generó la aprobación de ese impuesto.
Los exportadores querían realizar un aporte voluntario de 1500 millones para programas sociales, cuyo manejo debía ser monitoreados por Organizaciones No Gubernamentales y Cáritas. En la Casa Rosada interpretaron que esa modalidad era digna de las Damas de Caridad u otra agrupación de beneficencia pero no para que el Estado la asuma como propia.
Un funcionario, furioso, lo dijo sin ambages: “El aporte voluntario que ellos proponían era una chantada de cuarta digna de una oligarquíabarata”. La ira era entendible. Ese mismo día, Cristiano Ratazzi, presidente de Fiat, se había opuesto a la aplicación del impuesto a las ventas externas con un argumento venenoso. “Ese es el problema de fondo: ¿cómo le van a sacar el negocio a los políticos? A ellos le gusta manejar la plata.”
Duhalde ya dio señales sobre la nueva etapa de gestión en su discurso ante la Asamblea Legislativa, donde predominó una prédica social en línea con los documentos consensuados junto a la Iglesia en la Mesa de Diálogo El propio mandatario, en su reciente viaje a Tucumán, también había establecido que la asistencia a los más necesitados sería la prioridad. A las palabras, ahora prometen sumarle gestos, y también hechos.

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Eduardo Duhalde y su esposa Hilda González, presidente y responsable del área social.
 
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