Desde Gualeguaychú

Luego de haber aceptado a regañadientes levantar los piquetes, el núcleo duro de la protesta agraria afincado en Gualeguaychú orientó todas sus fichas a lo que pueda suceder el próximo 25 en el Monumento a la Bandera de Rosario. Por lo pronto, aunque todavía no existan mayores precisiones sobre los detalles organizativos del acto (al que Alfredo De Angeli propuso transformar en asamblea en caso de que no haya “señales concretas” en las negociaciones), ya tienen alquilados ocho micros que desde los diferentes pueblos entrerrianos arrancarán el mismo domingo de madrugada. El debate es si ir todos juntos en caravana “por motivos de seguridad” o si hacer que cada cual vaya llegando como pueda. Mientras comienzan a barajar opciones sobre el futuro político del sector, todos coinciden en que la convocatoria será inevitablemente comparada con los más de 20 mil productores que pudieron reunir en esta ciudad al abrirse la primera tregua. Es por eso que, se preocupan, para que el mensaje sea lo suficientemente claro y contundente deberán juntar no menos de cien mil personas.

Entre las bases, la “política” es mala palabra. Si se les pregunta, todos responden al unísono que los representantes partidarios que asistan no tendrán voz ni voto. Sin embargo, por lo bajo reconocen que es en esa cocina donde se dirimen las cuestiones por las que reclaman y que, tarde o temprano, deberán pasar a la acción. “Dios quiera que muchos se metan, pero no le veo muchas chances. Es que los gringos estamos para la polvareda, somos gente de trabajo y la verdad que ese cajón de manzanas tiene más podridas que de las otras...”, explicó ayer uno de ellos sobre el km 53 de la ruta 14, donde hasta el martes cortaban el paso a todos los camiones internacionales (al cabo de dos horas los dejaban pasar) y a los nacionales que cargaran cereales. Ayer había unas cincuenta personas acompañadas de gendarmes y tractores, permitiendo el paso, haciendo presencia simbólica.

Lo cierto es que la política con mayúsculas es lo que está hoy en las cabezas de los dirigentes. Y si bien no lo dicen en voz alta, ya ayer por la mañana, después de haber desayunado en el hotel Embajador junto a De Angeli, su íntimo grupo de asesores reconoció ante Página/12 que para después del acto no se descarta ninguna opción: “Ahora, el tema urgente son las retenciones, no vamos a mezclar las cosas. Pero después del domingo puede suceder que avancemos en algo más orgánico y homogéneo”, afirmaron. En sus discursos, hace días el presidente de la Federación Agraria entrerriana viene invocando a los gobernadores de Córdoba y Santa Fe, Juan Schiaretti y Hermes Binner. El martes los invitó a presenciar como garantes las negociaciones con las cuatro entidades.

A las bases no les simpatiza la idea de pensar a su máximo líder como candidato. Todos dicen conocerlo desde hace años y aseguran que su perfil no es ése. Atilio De Angeli “confía” en su hermano: “Acá no hay lugar para la política partidaria. Que nadie intente sacar rédito político de esto”, advierte.

Mientras, por debajo de la disputa principal con el Gobierno se esconden pujas internas. El martes, al anunciar el levantamiento de las medidas de fuerza en asamblea, De Angeli no ocultó su malestar por lo resuelto por los cuatro presidentes de las entidades agrarias. Es por eso que sobre su indiscutido liderazgo entre las bases desafió a que si para el domingo no había “soluciones concretas” transformaría el acto en asamblea. Y ellos aseguran que “señales concretas” significa volver con las retenciones al 10 de marzo. Un detalle es que todavía nadie lo invitó formalmente al acto. Sin embargo, se descarta que será uno de los oradores, si no el principal.

–Y si el domingo los presidentes dicen que, por ejemplo, el miércoles se van a volver a reunir con el Gobierno, ¿qué hacemos, Alfredo? –le preguntó uno de los ruralistas en una improvisada reunión a la vera de la ruta, a media mañana.

De Angeli se le acercó y le puso su mano en el hombro:

–Si hace falta, yo me voy el sábado y le digo a Eduardo (por Buzzi) que si quiere que no lo pasen por encima, no haga eso –lo tranquilizó.

La presencia en Rosario de una multitud resulta nodal para los ruralistas. Es por eso que, al menos en Entre Ríos, desde la asamblea hace unos días están organizándose para conseguir colectivos que salgan de las plazas de los pueblos (Urdinarrain, Larroque, Villa Elisa, San Salvador...) de forma gratuita. Del modo de financiamiento dicen poco, aunque reconocen sin dar nombres haber conseguido dinero de varias empresas privadas agropecuarias. La estructura de los ruralistas va creciendo. El primer síntoma lo había dado el mismo De Angeli cuando decidió recorrer el país y consiguió que un productor bonaerense le prestara para su uso particular un avión Piper Dakota de cuatro plazas.

–Ojalá nos podamos meter para que se vaya esta mugre que tenemos. Es que nuestra generación nunca estuvo en política –resumió un hombre que rondaría los sesenta–. Estaba la (María Del Carmen) Alarcón esa que era una de las buenas y la echaron –continuó, recordando a una de las fundadores del incipiente “Pampa Sur”.

–¿De todo esto va a salir un partido nuevo? –intentó averiguar Página/12.

–Nooooooo, eso no. La idea es ir sumándose a los distintos partidos que ya existen –explicó sin dar su nombre–. Es que si te lo digo, mañana me cae la DGI. Acá estamos todos fichados y en Urdinarrain somos pocos.

Informe: Diego González.