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Reemplazo en discusión

El radicalismo ratificó por medio del senador Gerardo Morales su decisión de no buscar “ningún consenso” en el Congreso para designar al quinto juez de la Corte Suprema de Justicia cuando se concrete la renuncia de Eugenio Zaffaroni, presentada y aceptada por la presidenta Cristina Fernández. “La posición nuestra es trabajar el tema con el próximo gobierno”, dijo Morales, quien sugirió que “los otros bloques (de la oposición) tienen la misma posición”. La jueza María Laura Garrigós de Rébori, presidenta de Justicia Legítima, advirtió que “los otros dos poderes del Estado estarían fallando con el Poder Judicial si no designaran otro miembro, ya que la ley dice que la Corte se compone de cinco integrantes”. El ex ministro de Justicia León Arslanian, en tanto, consideró que se “podría ampliar a nueve” el número de jueces supremos y aclaró que nadie le ofreció integrar el máximo tribunal. Las muertes de Carmen Argibay y de Enrique Petracchi redujeron el número de jueces a cinco, cantidad que estableció una ley sancionada en 2006. Con la renuncia de Zaffaroni, que se concretará el 31 de diciembre, el tribunal quedará con cuatro ministros: Ricardo Lorenzetti, Elena Highton de Nolasco, Juan Carlos Maqueda y Carlos Fayt, de 96 años. Entonces, el Ejecutivo debería proponer a un nuevo juez, que tendría que contar con el apoyo de dos tercios del Senado. “Con este gobierno no queremos trabajar ningún consenso en cuanto a la integración de la Corte”, declaró Morales, en línea con lo que había anunciado el senador Ernesto Sanz. “No creemos que sea la oportunidad para buscar consensos. Creemos que los consensos para buscar los miembros que faltan se tienen que dar con el nuevo gobierno. Es una posición que hemos tomado orgánicamente desde el radicalismo, y diría que hay consenso en el Senado en todas las fuerzas de la oposición”, remarcó. Garrigós de Rébori confesó su tristeza por la renuncia de Zaffaroni y, en respuesta a declaraciones de Sanz, advirtió que “el nombramiento no tiene que ver con ‘me gusta o no me gusta’” un candidato, porque “si el Senado se niega a trabajar estaría incumpliendo con sus deberes”. “La Corte que tenemos fue designada por este mismo poder político y el Senado –ya que no ha habido grandes cambio– y sin embargo no se puede decir que haya sido una Corte adicta al poder político, como sí se pudo decir del menemismo”, recordó. Arslanian, por su parte, aclaró que “nadie” le “ofreció nada” tras la renuncia de Zaffaroni y aclaró que tampoco está en sus planes “ni sirve plantearlo”. El ex camarista consideró que “se podría ampliar” el número de jueces “tal vez a nueve”. “Si se quiere ganar en eficacia tiene que achicar(se) la circulación” y se debe “trabajar por salas: una penal, una de derecho público, una civil y comercial”. “La mayor cantidad de votos enriquece el debate y mejora las ideas”, explicó.

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