SOCIEDAD › OTRO EPISODIO CON ARMAS ILEGALES VINCULADO CON LA DIPLOMACIA ESTADOUNIDENSE

El auto diplomático que llevaba fusiles

La PSA detectó en el aeropuerto de San Fernando un auto de la Embajada de Estados Unidos con dos fusiles sin declarar. El conductor, un hombre con pasaporte diplomático, se resistió a la requisa. Las armas fueron secuestradas. La Cancillería pide explicaciones.

Uno de los fusiles secuestrados por la Policía Aeronáutica y el auto con chapa diplomática.
Imagen: Gentileza Diario Tiempo Argentino.

Nadie sabe dónde se aloja Matthew Steven Hawking ni qué hacían esos dos fusiles en el baúl del auto de la embajada norteamericana en el que se desplazaba por el aeropuerto de San Fernando, al norte del conurbano bonaerense, el 23 de marzo pasado. “No tenía los papeles de las armas y tampoco credenciales diplomáticas, sólo el permiso para entrar a la pista y reparar un avión de la embajada”, le dijo ayer a este diario una fuente policial. Hawking, quien no quedó detenido, aseguró a la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) que venía de cazar. Desde la embajada dijeron que era “un contratista” y el miércoles pasado –después de que las armas fueron secuestradas por la PSA– pidieron al gobierno nacional que le concedieran el permiso de portación, relataron fuentes del caso. Ayer la Cancillería envió una carta a la embajada pidiendo explicaciones.

Las armas en cuestión son dos fusiles Browning calibre 325 y Tikka T3 calibre 300, secuestrados junto a dos cargadores y unas 30 balas, ambos en sus respectivos estuches. El hecho ocurrió a las 14.30, cuando Hawking se retiraba del aeropuerto, luego de acondicionar un avión que la embajada norteamericana guarda allí. “Dijo que se había olvidado los papeles de las armas en su hotel; cuando chequeamos la dirección que nos dio, era la del Hotel Alvear”, comentó la fuente consultada. Sin embargo, ayer desde Cancillería aseguraron que el mecánico no se hospeda en ese lugar.

Dos horas después de esta requisa, llegaron al aeropuerto funcionarios del Juzgado en lo Criminal y Correccional de San Isidro, a cargo de Conrado Bergesio. Las armas fueron incautadas y el sospechoso se fue en el BMW con patente de la embajada. Por su parte, el magistrado abrió una causa por el delito de portación de armas sin autorización, artículo 189 bis del Código Penal, con penas de entre uno y cuatro años. La explicación de la embajada es que Hawking fue llamado de urgencia para acondicionar un avión que traslade el cuerpo de una capitana del ejército que falleció en un accidente en las Cataratas del Iguazú, el 20 de marzo.

Se trata de Laura Natejik Evens, de 28 años, quien había peleado en Afganistán y estaba de luna de miel. Iba junto a su marido y otros turistas en una excursión en una lancha gomón para avistar las cataratas. Pero el gomón chocó con un paredón de piedra y se dio vuelta. En ese accidente también falleció otro ciudadano norteamericano: Philip Musgruve, de 72 años, un economista y asesor de la Organización Mundial de la Salud. Al parecer, según deslizaron fuentes del caso, el cuerpo de Natejik Evens todavía no llegó a Buenos Aires.

Por lo que pudo averiguar este diario, Hawking nació en 1982 en el estado de Mississippi y entró al país a fines de marzo de 2010 con una visa temporaria de 90 días para trabajar en la embajada. Fue formalmente ingresado a ese cuerpo diplomático el 13 de julio de ese año. Durante este período, este mecánico pidió al Registro Nacional de Armas (Renar) que le diera permiso para portar dos escopetas, una Berelli calibre 12 y una carabina 325. En ese momento, no reveló sus conexiones diplomáticas.

El trámite finalmente se venció a los 90 días de comenzar y Hawking pidió una extensión de plazos, que no le fue concedida. Desde el Renar le exigieron que depositara esas armas en el organismo, acción que fue rechazada por el norteamericano. Finalmente, uno de esos rifles apareció en un auto de la embajada junto a otro del que no se tenía noticia: el Tikka T3 calibre 300. Esta última arma estaría a nombre de Germán Darío Balegno, quien no informó su venta o su pérdida al Renar. Hawking se negó a abrir el baúl cuando los oficiales de la PSA lo solicitaron, insistió en su inmunidad diplomática, pero no presentó las credenciales.

Las fuentes del caso consultadas aseguraron que tiene pasaporte diplomático y que su dirección oficial no es otra que la de la embajada norteamericana para la que reporta. Desde esa sede, el miércoles a las 20.15 llegó una solicitud, con carácter de urgente, para que se le concedan los permisos para portar ambas armas. En la Cancillería se negaron a opinar sobre el caso, sólo informaron que ante las irregularidades elaboraron una carta para solicitar explicaciones, que fue enviada ayer a la Embajada de Estados Unidos.

Con este incidente, suman tres los hechos que involucran la portación ilegal de armas por parte de militares o diplomáticos estadounidenses en menos de un año. El pasado 10 de febrero un avión Globemaster III de la Fuerza Aérea de ese país fue requisado en Ezeiza. Traía armas y equipos de inteligencia para un curso de entrenamiento de la Policía Federal. Sin embargo, parte del cargamento no había sido declarado y la Aduana decidió decomisar la carga extra. En agosto del año pasado, en un contexto similar, fue la propia embajadora en Argentina, Vilma Martínez, la que pidió que un avión cargado de armamento regresara a North Carolina porque no coincidía la carga con el listado previo.

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