SOCIEDAD › ADEMáS DE CENIZAS, EL PUYEHUE COMENZó A ARROJAR MATERIAL VOLCáNICO FUNDIDO

La expulsión de lava, una nueva amenaza

La emisión fue detectada por técnicos chilenos que sobrevolaron la zona. La lava fluye lentamente y, por ahora, en escasa cantidad. La ceniza llega a cuatro mil metros de altura.

El volcán Puyehue comenzó a liberar lava por una de sus laderas, según constató un equipo del Servicio Nacional de Geología y Minería de Chile. Por ahora, el avance del material volcánico es “lento”, de “escasa proporción”, y “no se ha trasladado a más de 200 metros del cráter” del volcán, según informó a Página/12 Waldo Vivallo, subdirector Nacional de Geología de ese organismo. En forma simultánea, el Puyehue continúa con la expulsión de cenizas a una altura aproximada de “cuatro mil metros” sobre el cráter. Un halo de preocupación genera la posibilidad de que la lava emitida tape el conducto por el que emerge en este momento y que esa situación origine una nueva explosión de cenizas, como la ocurrida el 4 de junio. No obstante, “por ahora no hay indicios” elocuentes de que eso ocurra en un plazo breve, aunque “tampoco se lo descarta” de plano, indicó Vivallo. Ante la actual evaluación del fenómeno, desde el gobierno de Chile mantienen el alerta roja en la zona que abarca el complejo volcánico Puyehue-Cordón Caulle.

Técnicos del Servicio de Geología chileno pudieron verificar el lunes al mediodía, mediante un vuelo en helicóptero, la presencia de una lengua de lava que fluía por la ladera oeste. El material abarcaba unos 50 metros de ancho y no más de 200 de largo, según el ente chileno. Para Vivallo, la expulsión de lava “probablemente ha comenzado hace algunos días”, pero recién se pudo hacer una observación aérea el lunes, debido a que anteriormente las condiciones meteorológicas no lo permitían. Por el mismo motivo, ayer no se pudo volver a evaluar el avance del fluido volcánico. Aunque todavía no pudieron realizar análisis del material, a partir de lo observado desde el aire, desde el Sernageomin lo calificaron como “una colada de lava viscosa”.

A la vez, el Puyehue persiste en la expulsión de cenizas, que alcanza unos “cuatro mil metros (de altura) sobre el cráter”, a diferencia de los 12.000 de los primeros días, señaló el funcionario. Según una estimación preliminar del organismo que integra Vivallo, el volcán ya emitió “entre 0,26 y 0,30 kilómetros cúbicos” de ese material. “La tendencia es a la disminución” de material piroclástico liberado, pero como “estos procesos no son lineales, la emanación de cenizas también podría aumentar en los próximos días”, explicó el directivo y dejó expuesta la dificultad de prever las próximas manifestaciones que tendrá el volcán.

Al respecto, el subdirector Nacional de Geología dijo que manejan la hipótesis de que “la lava podría tapar el conducto de salida” del volcán y eso “podría originar una nueva explosión”. “Hasta ahora no tenemos indicios de que eso ocurra, pero no se puede descartar otro episodio explosivo”, agregó.

Sobre este punto, Página/12 consultó a Eduardo Malagnino, profesor del Departamento de Ciencias Geológicas de la UBA e investigador del Conicet.

El especialista dijo que una nueva explosión se podría dar en el caso de que la lava que se libera por estas horas, que en la zona andina “suele ser poco fluida por su composición mineral, se enfríe y genere un tapón”, a la vez que “la cámara magmática (en la profundidad del volcán) siguiera con la acumulación de gran cantidad de presión” en un tiempo corto.

Malagnino apuntó que los volcanes andinos “son de carácter explosivo”, a diferencia, por ejemplo, de los de la zona de Hawaii, que son más bien lávicos. Según explicó, los volcanes de nuestra región suelen tener un ciclo con “una explosión inicial”, con la consecuente liberación de piroclastos, y “luego una fase lávica”, que es la que actualmente atraviesa el Puyehue, por lo que éste “pareciera seguir un proceso normal”. Sin embargo, como la explosión que tuvo “fue moderada”, el investigador no cierra la posibilidad de que ese fenómeno ocurra nuevamente en un futuro cercano, ya que puede haber energía acumulada en el interior.

Lo que sí es certero es que el volcán “todavía no eliminó toda la energía” que tenía acumulada y eso queda de manifiesto en la persistente nube de cenizas que expulsa. Ese material es producto de la lava que entra en ebullición por la misma presión subterránea, lo que a su vez libera gases desde la cámara magmática hacia la parte superior. “Esas burbujas de lava volcánica se enfrían, se fragmentan y se convierte en triza volcánica (cenizas)”, describió Malagnino.

Para evaluar la actividad volcánica, el Servicio de Geología de Chile trabaja mediante el monitoreo sísmico, supervisiones aéreas, utilización de cámaras de vigilancia a distancia y equipos de técnicos que recorren la zona. Los últimos datos que obtuvieron, reportó Vivallo, es de “dos o tres sismos por hora”, una cifra “muy baja” si se la compara con el momento de la erupción, cuando se registraban cerca de “200 sismos por hora”.

Ante el marco de múltiples hipótesis descriptas, el organismo oficial de Chile orientado al estudio geológico sugirió que permanezca el alerta rojo para todas las poblaciones que se encuentran circundantes al complejo volcánico.

Informe: Leonardo Rossi.

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Imagen: EFE
 
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