SOCIEDAD › LA MANIPULACION QUE SUFRIO SONIA MOLINA, LA MUJER SECUESTRADA POR EL FALSO PASTOR

El precio de tener la “gloria divina”

Abusada y hambreada, su verdadera cadena parece haber sido la promesa de ser “ministra” en la iglesia de sus captores. La manipulación para que venda todo.

Un diálogo que mantuvo en una red social Sonia Marisol Molina con el falso pastor Jesús Olivera indica el grado de manipulación que sufrió la mujer que fue secuestrada, mantenida en cautiverio, hambreada y abusada sexualmente durante tres meses en Coronel Suárez. A la víctima, que sigue internada y no pudo declarar todavía, la convencían de que vender todas sus pertenencias le abría el camino de la “gloria divina”.

Molina es oriunda de Río Colorado, pero se mudó a Coronel Suárez para, según la policía, fundar una comunidad religiosa con Olivera y su mujer, la periodista Estefanía Heit. La mujer, de 33 años, terminó cautiva de la pareja durante tres meses, que la abusó y maltrató, la hizo escribir una carta de suicida y la estaba matando de hambre.

El diálogo publicado por el diario Río Negro pone en cuestión la estrategia de defensa de Olivera y Heit, cuyo abogado Claudio Lofvall se ocupó de destacar que Molina no estaba prisionera y había salido al menos cuatro veces de la casa de la pareja: en una entrevista que Heit le realizó, cuando la policía de Arroyo Corto la demoró en agosto pasado, otra vez que fue encontrada en Pigüé y, por último, según los medios locales, una vez en que Heit y Olivera la habrían dejado sola, a 20 kilómetros de distancia, para que regresara al cautiverio caminando. Molina no escapó ni hizo la denuncia.

Lo publicado por el diario patagónico explicaría esta situación por el grado de manipulación que sufrió Molina. El objetivo sería económico, quedarse con giros que recibía la víctima y hacerle vender un terreno y otras posesiones para hacerse cargo de un “ministerio” del Centro Cristiano Amar es Combatir en Coronel Suárez. Olivera apelaba todo el tiempo a la fe y ante las dudas presionaba: “Me dijo el espíritu”.

“Si te viene el diablo con que vos nunca vas a tener un peso, porque en tu familia fueron unos secos, ¡no! La Palabra dice que vos sos una persona próspera, tu padre es un Dios próspero que te ha dado la revelación de su palabra... Derriba esa fortaleza y fortalécete en la palabra de Dios”, le insiste Olivera a Molina en el diálogo.

“Vos cambiá ese hábito, pensá lo que recibes de la Palabra y confiésala. Hoy vos estás sana, creelo y comenzá a disfrutar de su sanidad... El espíritu me dijo mándale a Sonia, pero espera que yo te voy a empujar en el momento que se lo tenés que mandar. Ya lo tenía para mandar, pero te lo mandé por acá, ¿entendés lo que es una fortaleza? Es una mentira del enemigo que usa a muchos predicadores para que lo digan. Una fortaleza se construye en tu mente, ¿entendés? Vos no tenés fortalezas.” A lo que Sonia contesta: “Sí las tengo”. Y Olivera le dice: “¿Y no-sotros a qué te estamos ayudando?”. “A derribarlas”, responde Sonia.

En el mismo mensaje le pregunta: “Sonia, qué pasa con esto que fuiste a ver”.

Sonia: –¿Lo del trabajo?

Olivera: –Sí.

Sonia: –Era de 16 a 23 y dije que no porque me complica con los masajes.

Olivera: –Bien, ¿y el dinero?

Sonia: –Cuando me dijo el horario dije que no, no pregunté nada más.

Olivera: –Era un buen horario, tenías toda la mañana y parte de la tarde.

Sonia: –No, ni siquiera estaba en el lugar al que fui.

Olivera: –¿Cómo va lo de los muebles?

Sonia: –No he visto a nadie. Sólo averigüé los precios.

Olivera: –¿Te fijaste cuánto vas a pedir?

Sonia: –Averigüé los precios, no sé cuánto voy a pedir.

Olivera: –¿Cuánto están?

Sonia: –1060. Las sillas cada una 115 y la mesa 600.

Olivera: –En total sacaste mil seiscientos.

Sonia: –Eso es lo que valen en la mueblería.

Olivera: –Mirá, con la moto y dos mil compramos un auto. Dictaminamos que este mes hay que comprarlo sí o sí. Entendés, porque no se puede terminar sin auto el año. Vos tenías un auto y se vendió.

Sonia: –Voy a hacer lo posible.

Olivera: –Tenés que agarrar un trabajo para llegar, pero si vos no lo creés se nos pasa el mes.

Tras una extensa charla, en la que Olivera apela todo el tiempo a que Dios tiene un plan para Sonia y que debe derribar sus fortalezas, le menciona: “Sonia, no sé cómo pero juntá eso que vas a salir adelante. Vos vendé lo que sea”.

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Un diálogo con Olivera indica cómo manipulaba a su víctima.
 
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