SOCIEDAD

Buscan las claves del crimen en la caja de seguridad del comisario

Tras el procedimiento en un banco de San Isidro, las principales hipótesis siguen siendo una extorsión o una venganza pasional.

 Por Carlos Rodríguez

Como parte de la investigación del crimen del comisario retirado Oscar Beauvais, ayer fue abierta por orden judicial la caja de seguridad que el muerto tenía en la sucursal San Isidro del banco Comafi. En presencia de la ex mujer de Beauvais, los investigadores constataron que había cerca de 100 mil pesos en efectivo y que el cofre estaba intacto, que nadie lo abrió durante los cuatro días durante los cuales el policía estuvo desaparecido. La víctima había ido al lugar, por última vez, el 23 de julio pasado, de acuerdo con los registros de la entidad. En cuanto al móvil del crimen, los investigadores siguen alimentando la hipótesis de un crimen pasional, aunque no se ha descartado en forma definitiva la posibilidad de un secuestro con señuelo femenino y fines extorsivos. De todos modos, esta alternativa parece perder peso luego de que se comprobara que nadie fue a retirar dinero del cofre ubicado en la sede bancaria ubicada en pleno centro de San Isidro.
Como todas las pistas del caso, es también confusa la información acerca de quiénes eran los titulares de la caja abierta ayer con intervención del fiscal de la causa, Guillermo Morlacchi, y de personal de la Dirección General de Investigaciones de la Policía Bonaerense. La copropietaria es la ex mujer de Beauvais, con la que tiene tres hijos, y no su pareja actual, la joven de 19 años, de nacionalidad paraguaya. Se insinúa, en relación con el presunto secuestro, que alguna de sus supuestas novias, en complicidad con al menos dos delincuentes, habría planificado una espinosa maniobra tendiente a obligar al comisario a facilitar el acceso al cofre donde guardaba unos 99 mil pesos.
Como si se tratara de un film triple X, ahora se confirma que el señuelo humano para atraer a Beauvais no fue una sino dos mujeres, con las cuales habría iniciado, el viernes pasado, un fin de semana demasiado largo. De todos modos, en la investigación sigue en pie la idea de que podría haberse tratado de una venganza. En ese caso, el móvil sigue siendo pasional –se insiste en descartar otro tipo de motivo– y apunta a un preso o ex preso que habría jurado vengarse de Beauvais. Según la hipótesis, el autor del homicidio, en ese caso, sería un marido engañado.
Al parecer, hay un testigo que vio a la víctima, la noche del viernes, cuando bajaba de su auto, un Peugeot 206, y se subía a otro, en el cual iban una o dos mujeres. Ante las dudas que presenta el caso, la pesquisa busca otros elementos que podrían haber sido el detonante del homicidio. Se investiga si el comisario tenía alguna relación comercial con locales nocturnos. Y también se dice que, como parte de su relación con policías retirados y en actividad vinculados a la página web lospatanegra.com.ar, habría estado participando de la creación de una mutual policial que iba a otorgar préstamos blandos para uniformados. “Es investigado todo aquello que tenga relación con dinero”, señaló una fuente allegada a la causa.
Una fuente del gobierno bonaerense estimó que el caso “podría estar resuelto en 72 horas”. Ayer se abrió el cofre que el comisario compartía con su ex mujer, de apellido Aramayo. En el interior de la caja había, con exactitud, 97.420 pesos y 618 dólares en efectivo. La ex esposa aseguró ante el fiscal de turno que el dinero le pertenece, ya que era un bien común que compartía con Beauvais. Según dijo, ella había acompañado varias veces a su ex esposo para retirar o depositar dinero. El dato es verificado con los registros del banco.
Sobre el crimen, otras fuentes dijeron que habría testigos que vieron llegar al comisario al barrio de Villa Galicia, donde apareció el cadáver. Algunos vecinos dijeron haber escuchado tres o cuatro disparos, lo que ratificaría que el homicidio se cometió allí. Los peritos determinaron que Beauvais llegó al lugar por sus propios medios y confirmaron que los tres tiros en la cabeza fueron “de contacto”, con el caño del revólver calibre 22 largo apoyado sobre la piel de la víctima. En el domicilio de Beauvais, en Ramos Mejía, fueron secuestradas dos computadoras para tratar de encontrar alguna pista que oriente hacia los autores del crimen. Una fuente no judicial le dijo a este diario que “no se descarta ninguna hipótesis, ni siquiera la posibilidad de un crimen relacionado con su pasado como policía, pero por ahora lo más fuerte es lo que tiene que ver con un móvil pasional o un presunto secuestro con fines extorsivos”. El fiscal tiene en su poder un ejemplar del libro Los Patanegra, el principio del fin de la Policía Bonaerense, que estaba escribiendo Beauvais.

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Beauvais fue visto por testigos el día de su desaparición.
 
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