Cada año es mejor que el anterior. Eso dice Fabián Tarrío, secretario de Hacienda de la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME), cuando piensa en las diferencias que el 14 de febrero empezó a trazar sobre el calendario comercial local. Las tiene frescas, en primer lugar, porque “acá ni se mencionaba San Valentín antes” y en segundo porque la primera vez que escuchó sobre la celebración coincidió con su primera vez en el aeropuerto de Miami, “en el año ’81, y estaban todas las empleadas hablando de eso, ‘¿A ti qué te han regalado? ¿Y a ti...?’ A mi señora y a mí nos llamó mucho la atención”. Por eso sabe que la moda prendió en Argentina hace poco, “no más de seis, siete años”.

–¿Por qué cree que se celebra en Argentina?

–Creo que se instaló mediáticamente, ante todo. Alguien, no sabría decir quién ni cuándo, pero alguien hizo un esfuerzo para que se instalara a partir de los medios masivos. Los diarios empezaron a publicar cosas sobre la idea, después empezaron a aparecer avisitos antes de la fecha, como una propaganda previa al día de los enamorados.

–¿Está instalada la fecha?

–Sí. Yo, por ejemplo, lo noto en nuestras oficinas. Acá, las chicas, por ejemplo, hablan de esa temática. Como se habla cada vez más, la gente se va acostumbrando a hacer regalos. Y cada año las cámaras que agrupamos y nuestros asociados se preparan de manera distinta para febrero a como lo hacían años ha. Antes, el que vende ropa interior no pensaba que en febrero iba a venderla en mayor cantidad. La lencería tiene una presencia importante, porque es habitual el regalo íntimo. También el hotel por horas, porque los hoteles alojamiento trabajan mucho más para esta fecha, inclusive con reservas. Claro, este año van a trabajar más el sábado que cualquier otro sábado normal, pero es que como el 14 cayó domingo, algunas parejas empezarán el día compartiendo el lecho.

–¿Quiénes suelen hacer los regalos?

–Bueno, la ropa interior, obviamente, la regalan los hombres, aunque en alguna medida las mujeres también lo hacen. Es como que se gratifican mutuamente. En cuanto a compartir una noche, o una cena, el hombre es quien invita habitualmente, salvo en los casos de los más jóvenes, que comparten los gastos. En el caso de las flores, el regalo lo hacen los hombres. Es obvio. Si lo pensamos por edades, fundamentalmente quienes celebran son los más jóvenes. Los más adultos, pasando ya los 50 años, son más cautos en los regalos; seguramente se inclinan por las cenas. Supongo que es porque ir a un hotel, regalar ropa y demás es algo que cae mejor a los jóvenes que a la gente de más edad, pero no lo sé. De todas maneras, se trata de un día liviano, por así decir: se regala la cosa chica, las flores, los bombones (aunque este año el calor no favorece), el perfume, la fantasía, que es el regalo de alguna joyería... Año a año las ventas van creciendo.

–Es curioso.

–Sí. En diciembre vendimos un poco más que en el diciembre anterior, en enero también. Hay ánimo de compra.