La historia es larga pero voy a tratar de resumirla para, literalmente, no pasarme de la raya.

Conocía a algunas, no a todas; pero aunque no hubiera oído jamás hablar de ninguna de ellas, me hubiera entusiasmado lo mismo. En ese tiempo confiaba mucho en —Página/12—, de modo que compré —Las/12— desde el primer número que salió.

Antes de ese primer número no había nada para las mujeres. Porque hay que ver que no se trataba de “la” mujer, así, en abstracto. Yo ya había aprendido que no había “la” mujer y que los problemas, necesidades, situaciones de una mujer en la villa no tienen nada que ver con los problemas etcétera de una mujer que es abogada en Amsterdam. De modo que qué me vienen con “la” mujer. Parecía nomás que esto iba a ser otra cosa.

No me defraudó. No era como los otros suplementos “para la mujer” en los que te enseñaban cómo limpiar el placard de la cocina y cómo mantener para siempre el amor del hombre de tu vida. Los más lanzados hasta habían incorporado a su vocabulario la palabra clítoris y con ella y todo, se quedaban en que éramos complementarias y en que para no perder la femineidad había que no sé muy bien qué y en el peor de los casos hablaban señoras que te decían que ellas no eran feministas sino femeninas y yo me quería morir. Pero por qué no hay otra cosa, me preguntaba pataleando.

Bueno, esto era otra cosa. Lo comprobé desde el primer número. Y por qué. Porque en primer lugar no era “para” nadie, lo cual quiere decir que era para todas y todos. Estaba ahí. Quien quisiera podía leerlo. “Las/12”? ¿Y esto qué es? Agarralo y leélo, chauchón, cualquiera puede hacerlo. Y en segundo lugar estaba hecho por mujeres. Las preposiciones son una gran cosa: cambiás una y cambiás todas las miradas sobre el mundo. Y en tercer lugar, a mí me interesaba todo lo que publicaba. Todo. Me leía t-o-d-o. Sigo haciéndolo. Y en cuarto lugar, está escrito en el terreno de las mujeres. Me explico: en el mapa del mundo está sobreimpreso el mapa del mundo de las mujeres. Ahí, en ese terreno es donde se concibe y se escribe “Las/12”, qué más queremos.

Y un día hasta me encontré con que me pedían unos párrafos sobre algo. Y un poco más allá Angela Pradelli me hizo una entrevista. Y un poco más acá la sigo leyendo todos los viernes.

¿Qué es lo que me interesa? Ya no sé si todo. Algunas cosas más que otras, eso es. Las vidas de las mujeres a las que yo no puedo llegar. Las historias de vida y los horrores que subyacen en el fuero penal. La justicia; bueno, no, lo que me interesa es la injusticia, que si la justicia lo fuera para con las mujeres, yo echaría una mirada rápida sobre el tema y nada más. Todo lo que tiene que ver con el maltrato médico. ¡Inutilísimo! La violencia. La protesta. Las ganas de que las cosas sean diferentes de lo que son (no necesito aclarar esto). Finalmente, es para eso para lo que está “Las/12”, por eso la sigo leyendo.

* Escritora