Al referirse a los juicios a los represores, la Presidenta destacó el "formidable esfuerzo institucional que significó decretar la anulación de las leyes de obediencia debida y punto final" y manifestó que le complació escuchar el discurso del titular de la Corte, Ricardo Lorenzetti, "diciendo que no hay vuelta atrás, gobierne quien gobierne, en materia de derechos humanos".

Recordó que anhelaba que al terminar su mandato "hubieran terminado las causas porque estaban muy retrasadas para, finalmente, dar una vuelta de página a la historia. No para renunciar a la memoria sino para seguir adelante".

En otro tramo de su discurso, la mandataria destacó los importantes rescates en materia de trata de personas, en su mayoría mujeres en redes de prostitución, y detalló que en 2008 las personas rescatadas fueron 157, mientras que en 2010 los rescates fueron 569.

También se refirió a la situación de los trabajadores rurales, con condiciones laborales de reducción a la servidumbre, y resaltó "que descansa en el Cogreso, el estatuto del peón rural".

La Presidenta agregó que "son importantes leyes de trabajo domiciliario, de peón rural para modificar" las relaciones en la fuerza de trabajo y que "el control no esté en la propia cabeza de dirigentes sindicales, que parecen no haber controlado demasiado como estaba la servidumbre humana en su sector, y vuelvan al Estado. Debemos terminar con esta verdadera vergüenza que es el trabajo esclavo", sentenció.