Los jueces Ángel Amadeo Longarte y Pablo Farah y la jueza Gabriela González, de la Sala II del Tribunal de Juicio, hicieron lugar ayer al pedido de la fiscala penal Verónica Simesen de Bielke y condenaron a Micaela Colque (25) a cumplir una pena de prisión perpetua por el homicidio calificado por el vínculo de su hija Franchesca, que falleció entre el 20 y el 21 de junio del año pasado, en su casa del barrio San Francisco Solano de la ciudad de Salta. 

Por lo que se supo en la primera parte de la investigación de este hecho, Colque no estaba dispuesta a llegar a término con el embarazo de esta niña, pero lo hizo a pedido de la abuela paterna, a cuyo cuidado dejó a su hijita ni bien dio a luz. Sin embargo, días después, reclamó la restitución de la niña y la Justicia se la concedió sin realizar luego un seguimiento. Sin embargo, los efectores, no recibirán ninguna sanción porque el trámite abierto para investigarles ya fue archivado. 

Colque, que fue asistida por una defensora oficial, Marcela Robles, cumplirá su sentencia en el penal de mujeres de esta ciudad, la Unidad Carcelaria N° 4.

La nena falleció por broncoaspiración, en la habitación en la que vivía junto a su madre y un hermanito mayor, y donde Colque la había dejado sola durante casi dos días. Cuando regresó, el 21 de junio por la noche, advirtió que la niña no respiraba y la llevó al centro de salud aduciendo que se había ahogado mientras tomaba yogurt con galletas. Pero el cuerpito ya estaba frío y el médico que la atendió observó que tenía huellas de lesiones. 

Este maltrato físico se confirmó luego con la autopsia, en el que le encontraron múltiples lesiones en todo el cuerpo y comprobaron que presentaba un avanzado estado de desnutrición y deshidratación.

Estas conclusiones causaron que la fiscala Simesen de Bielke elevara la acusación a homicidio calificado. En el juicio, la fiscala mantuvo esta acusación y pidió la pena máxima prevista en el Código Penal. "Se trata de un homicidio" y "está agravado por el vínculo, porque estamos hablando de una madre respecto de una niña, una hija de tan solo dos años, así que la pena es la más grave del Código Penal", explicó a Radio Nacional Salta ayer. 

En el debate se escucharon los testimonios de familiares y de vecinos de la joven que dieron cuenta del maltrato y la falta de cuidados a la nena. También declararon médicos. "Una niña que tenía golpes en el cuerpo, pero además de eso tenía un cuadro severo de desnutrición y deshidratación, es decir que no tenía un crecimiento acorde a la edad, pero además bastaba ver las imágenes de la autopsia para darnos cuenta, como dijo uno de los médicos que atendía en la salita de salud, que parecía como los niños wichi, ese era el estado de desnutrición que tenía esta niña", ejemplificó la fiscala. 

Con estos elementos, la fiscalía entendió que no se trataba de "un simple abandono" porque "este cuadro de desnutrición severo la fue llevando a un problema en la deglución de los alimentos, por lo cual era probable que muriera así como murió, por una broncoaspiración, porque ya no tenía reflejos para tragar". 

A pesar de la dureza de su posición respecto de la madre, Simesen de Bielke calificó como "muy lamentable" este hecho, y contó que Colque también "ha tenido una vida compleja, porque ha sido abandonada recién nacida, por su madre biológica". Pero, añadió, que a diferencia de su hijita, ella tuvo "una familia que la pudo contener, que le dio educación, que le dio salud". Contó que sopesó esto al preparar su alegato y también la existencia del otro niño que "estaba en condiciones totalmente distintas de las que pudimos ver en la niña que falleció", lo que "también da cuenta de que no se trataba, como dijo la defensa, de un simple abandono". "Además, las circunstancias de que a uno lo hayan abandonado en su vida no implica que uno tengo que replicar ese abandono", insistió.

Colque declaró en su momento en la investigación del hecho, y volvió a hacerlo en el debate. Viene diciendo que no tomó conciencia del riesgo de dejar a una nena de dos años sola durante casi dos días, en el debate se manifestó arrepentida, e insistió en que tampoco advirtió que la nena estaba desnutrida, sostuvo que ambos niños eran flaquitos. 

El caso de Thiago, del que nadie aprendió 

Como viene haciendo desde que se supo de la muerte de Franchesca, la fiscala Verónica Simesen de Bielke volvió a criticar el mal funcionamiento del sistema a la hora de cuidar los derechos de las infancias. "No se hizo un examen profundo de la situación estereotipando que con la madre biológica iba a estar mejor que con cualquier otra persona y la familia de origen no necesariamente hace que las personas, que los niños fundamentalmente, estén mejor", aseguró la fiscala, para quien la niña estaba "muy bien con su abuela paterna". 

Siguiendo con ese estereotipo, "no se hizo un control posterior tampoco, de cual era el estado" de la niña al cuidado de su madre. "Tenemos que también romper con estos estereotipos y fundamentalmente todos los organismos, tanto la Justicia, como el Poder Ejecutivo a través de esta Secretaría de la Niñez, tienen que hacer controles", resaltó la fiscala. 

Y recordó, una vez más, el caso de Thiago Quipildor y de su hermanita. El niño, de cuatro años, falleció el 8 de julio de 2015 como consecuencia del matrato reiterado que sufrió desde que el Estado la entregó en guarda a un hogar sustituto; su hermanita, de ocho años, padeció el mismo maltrato pero logró salvar su vida. Por estos hechos los cuidadores particulares Marcelo Senise y Patricia Sánchez fueron condenados a prisión perpetua en 2017. 

Entonces hubo una fuerte discusión sobre la responsabilidad del Estado, que falló al momento de advertir y prevenir el maltrato a los hermanitos, y si bien tampoco avanzó la investigación de estas responsabilidades, se creía que al menos había servido para revisar y mejorar las prácticas en el cuidado de las infancias por parte de las agencias del Estado. La muerte de Franchesca y la actuación anterior y posterior de los operadores del Estado, parece indicar que nada cambió. "Si bien no es un caso con los mismos ribetes, es muy similar; es más, la niña pesaba lo mismo que pesaba Thiago cuando murió, murió de lo mismo. Entonces, parece que no hemos aprendido, ¿no?", reflexionó Simesen de Bielke. 

"Este lamentable hecho lo que hizo fue revelar las falencias del sistema. Vuelvo a decir: se le entregó la hija a la madre porque era la madre biológica simplemente, sin hacer un control posterior, acá estamos hablando de una responsabilidad de la jueza de familia como de los asesores de incapaces que intervinieron en el proceso de entrega de la niña", aseguró la fiscala. 

La jueza de Familia Mercedes Cabrera otorgó la guarda a Colque sin convocar antes al padre biológico de Franchesca. En el proceso de la guarda actuaron las asesoras de Menores Noelia Pérez de González y Gabriela Cardón. La abuela paterna y el padre de Franchesca denunciaron a estas operadoras pero a principios de abril pasado la fiscala de Impugnación Josefina David de Herrera ordenó el archivo de esta causa, avalando un dictamen del fiscal penal Juan Marcos Ezequiel Molinatti.

Simesen de Bielke recordó ayer que una vez entregada la niña "no se hace ninguna visita más, no se verifica, y tengo entendido que no es solo con los niños biológicos, sino también con los niños adoptivos, no se están haciendo los controles posteriores para ver como están esos niños. Vuelvo a decir, ya tuvimos el caso de Thiago y de su hermanita, ¿cuántos Thiagos más vamos a tener? No han tomado conciencia evidentemente sobre este tema"