La Fuerza Aérea se inmiscuye en asuntos civiles, como el manejo de aeropuertos comerciales. La Iglesia invade temas tan laicos como el aborto, la educación sexual y otras cuestiones para las cuales aparece tan carente de experiencia por formación y vocación. Un pez no puede nadar en el desierto... Las empresas privatizadas definen políticas con respecto a los servicios públicos que gerencian algunos en vías de solución, como trenes, correo, aguas, teléfonos, energía eléctrica. En cada rubro tenemos ejemplos recientes o no tanto de conductas tendientes a maximizar beneficio en lugar de optimizar servicio. Lo peor es que todo esto sucede legalmente. Hace lustros que los aeropuertos dependen de F.A. El Poder Ejecutivo asiste a un Tedéum (?) en la Catedral, en fechas patrias; probablemente subsista un crucifijo así de grande entre los ascensores del 1er. piso del Centro Cultural San Martín. El Gobierno ha renovado las licencias en radiofonía, con una liviandad y discrecionalidad llamativas. A las corporaciones habría que controlarlas, no alimentarlas.

Héctor L. Sor

C.I. Nº 4.836.038