DEPORTES › BASQUETBOL EL SELECCIONADO ARGENTINO DEBUTARá HOY EN EL MUNDIAL DE TURQUíA ANTE ALEMANIA

Con ausencias, pero mucho corazón

Pese al golpe anímico que significó la baja del Chapu Nocioni, el equipo que dirige Sergio Hernández y capitanea Luis Scola buscará extender la llama de la Generación Dorada y meterse, como mínimo, entre los cuatro primeros del torneo.

El seleccionado argentino de básquetbol, pese al duro golpe anímico que significó la inoportuna baja de Andrés Nocioni, buscará desde hoy alcanzar el hito de meterse por quinta vez consecutiva entre los cuatro mejores equipos del certamen cuando enfrente a Alemania, por la primera fecha del Grupo A del Campeonato Mundial de Turquía. El encuentro se jugará en el estadio Karis Has Arena, de Kayseri a las 15.30 de la Argentina (televisan Canal 7 y TyC Sports).

Argentina ya había dejado atrás la mala racha de lesiones y encaminado su ritmo de juego en los amistosos previos al Mundial, al punto que el entrenador Sergio Hernández no ocultaba su optimismo por haber contado con el plantel completo por primera vez en la obtención de la Copa Efes Pilsen, en Ankara, ante el seleccionado local.

No obstante, el jueves, pocas horas después de haber llegado a Kayseri, en el centro del país, el ánimo del plantel cambió al conocerse la exigencia de Philadelphia Sixers, el equipo de la NBA de Andrés Nocioni, que le impidió al alero jugar el Mundial para que no se agravara su esguince en el tobillo izquierdo. “Es un golpe duro, pero ya pasamos de página, hay que seguir adelante. Chapu es un jugador importante y por eso esto influye anímicamente, pero no hay tiempo para ponerse triste. Hay que olvidarse y empezar a pensar en los que están”, aseguró ayer el capitán Luis Scola.

Los jugadores y el cuerpo técnico reconocen que el objetivo es meterse por quinta vez consecutiva entre los cuatro semifinalistas del torneo.

Argentina finalizó segunda en el Mundial de Indianápolis 2002, fue campeona en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, cuarta en el Mundial de Japón 2006 y tercera en los JO de Pekín 2008. “El objetivo es llegar a las semifinales, de ahí en más puede pasar cualquier cosa. Queremos un lugar en el podio, eso es lo que vinimos a buscar y mientras más alto sea el lugar, mejor”, aseguró Scola la semana pasada en Ankara.

Para Argentina, que ocupa el número uno en el ranking de la FIBA, será clave ganar el Grupo A, lo que le serviría a priori para evitar un cruce peligroso en octavos de final y no tener que enfrentar a la actual campeona del mundo, España, en un eventual choque de cuartos de final. “Lo bueno que tenemos es que somos un equipo que sabe a qué está jugando. Tenemos el talento necesario, la experiencia y el hambre de gloria intactos para crear juego y solucionar las situaciones que se nos van planteando. Todo puede pasar en estas dos semanas, estamos preparados para afrontar lo que venga”, aseguró Carlos Delfino, la principal vía anotadora del equipo durante la preparación.

Sesenta años después de su único título mundial, Argentina apoya su ambición en el oficio, el carácter y el temple de un conjunto cuyo quinteto inicial (Pablo Prigioni, Carlos Delfino, Hernán Jasen, Luis Scola y Fabricio Oberto) cuenta con una química difícil de igualar por los otros equipos. La columna vertebral argentina está conformada por Scola y Prigioni, quienes se conocen desde sus años en el TAU vasco, y el talentoso Delfino, quien brilló en la etapa preparatoria y con sus actuaciones logró hacer olvidar momentáneamente a Emanuel Ginóbili.

En tanto que la ausencia de Nocioni obligará a Delfino, Scola, Oberto, Quinteros y Leonardo Gutiérrez a tomar mayores responsabilidades ofensivas, mientras que el bahiense Jasen y el correntino Federico Kammerichs deberán ocuparse del aspecto defensivo, con fuertes marcas y toma de rebotes.

Los puntos flojos del seleccionado que conduce Sergio Hernández son el elevado promedio de edad (29,8 años), los recurrentes problemas musculares de varios jugadores y la falta de garantía en los recambios, algo que puede sentirse en un torneo desgastante que obliga a los equipos que llegan a los cuartos de final a disputar nueve partidos en 15 días.

Y el primer examen lo tendrá contra la renovada Alemania. Argentina nunca perdió con Alemania en sus tres enfrentamientos en mundiales: Canadá 1994 (85-71), Indianápolis 2002 (86-80) y Japón 2006 (77-66). El equipo germano ha tenido que adaptarse a jugar sin Dirk Nowitzki, quien absorbía el 90 por ciento de las jugadas ofensivas. Es un equipo joven, que tiene gente muy alta para pelear los rebotes, donde se destaca el ala pivote Jan Hendrik Jagla (2,10 metros). Asimismo cuenta con buenos armadores como Steffen Hamann y Heiko Schaffaertzik. Defensivamente son ordenados, agresivos y es difícil pasar la primera línea.

Luego de enfrentar a Alemania, el conjunto del Oveja Hernández deberá medirse el domingo con Australia que, pese a no contar con el pivote Andrew Bogut y de carecer de competencia en su región, en esta oportunidad tiene un aceitado equipo y su entrenador Brett Brown (asistente de San Antonio Spurs) pretende alcanzar los cuartos de final.

El lunes y el miércoles, al seleccionado nacional lo esperan los dos partidos más accesibles: ante el campeón africano, Angola, y contra la modesta Jordania, respectivamente. El jueves cerrará la primera fase contra la siempre complicada Serbia, que con un equipo joven y renovado finalizó segundo en el Europeo de Polonia 2009.

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Los jugadores del seleccionado durante la práctica de ayer en el estadio Karis Has Arena, de Kayseri.
Imagen: EFE
 
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