DEPORTES › GIMNASIA GANABA Y FESTEJABA QUE IBA A LA PROMOCION, PERO BOCA LO MANDO AL DESEMPATE

Palermo no faltó a su despedida

En el descuento, el goleador histórico de Boca, que jugó su último partido profesional, bajó un centro de cabeza y habilitó a Cellay para el 2-2 final. El Mellizo, que hizo el segundo del Lobo y salió por un golpe en la cabeza, dijo: “Jugando así, no podemos perder”.

Palermo y Cellay se abrazan tras el gol que sacudió a media ciudad de La Plata.
Imagen: Fotobaires.

A nueve segundos del final, Gimnasia tenía su pase a la Promoción asegurado con el 2-1 a favor, pero entre dos ex Estudiantes, Martín Palermo, el que dio el pase, y Christian Cellay, el autor de los dos goles, vio cómo todo se le venía abajo, a sabiendas de que el sufrimiento se extenderá en un partido decisivo ante Huracán para no descender.

Como si el segundo gol de Boca no hubiera sido suficiente, la gente toda, la de Gimnasia y Boca, vivió un momento de dramatismo a los 3 minutos del segundo tiempo, cuando el Mellizo Guillermo Barros Schelotto recibió en el rostro un violento remate de Fabián Monzón, el cual lo obligó a salir del campo de juego sobre el carrito médico y con un cuello ortopédico, pero consciente.

Era festival en La Plata porque evitaba el descenso directo con dos goles tempraneros de Claudio Graf y el Mellizo, aun cuando Cellay descontó, y porque Independiente goleaba a Huracán en Avellaneda y lo mandaba al Nacional B, pero al final no hubo fiesta.

Con Fabián Rinaudo como figura excluyente, el equipo platense sacó una rápida ventaja que conservó casi hasta el final, ante un rival que más allá de haber conseguido el descuento en el primer tiempo, después no encontró fórmulas para llegar con profundidad, pese a que terminó jugando con cuatro delanteros.

Boca tuvo las dos primeras oportunidades del partido, a los 2 minutos, pero Fernando Monetti las conjuró, primero ante Palermo, y después ante Nicolás Colazo.

Cuando iban 8 minutos, Claudio Graf ejecutó un tiro libre desde la medialuna, bajo y al palo de Cristian Lucchetti, que reaccionó tarde, no llegó y el partido se puso 1-0. Tres minutos más tarde, Alejandro Capurro recibió muy cómodo en el área un córner servido por Barros Schelotto, remató e Insaurralde puso la mano y fue penal. Lo aprovechó el Mellizo para ampliar la diferencia.

Después Gimnasia se tranquilizó ante un Boca que tuvo mucho tiempo la pelota, pero produjo poco. A los 32 minutos, Pablo Mouche ejecutó un corner desde la derecha, Cellay cabeceó sin marca y puso el 21.

En el segundo tiempo se jugó a ritmo cansino, y Gimnasia pudo lograr el tercero después de una falla grosera de Cellay y el remate de Jorge Córdoba, que Insaurralde salvó sobre la línea.

De ahí hasta el final no pasó nada, pero a 9 segundos del fin del encuentro, vino ese centro pasado desde la derecha, el cabezazo de Palermo que devolvió la pelota al centro del área, donde Cellay, tan solo como en el primer gol, empujó la pelota y las ilusiones de Gimnasia al fondo de la red.

“Ahora tenemos que pensar en Huracán. Estoy igual que si le hubiésemos ganado a Boca, muy contento por los jugadores, por lo que hicieron. Debe haber sido el mejor partido desde que los dirijo”, comentó Darío Ortiz, el DT del Lobo.

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