Domingo, 19 de junio de 2011 | Hoy
EL PAíS › LA JUSTICIA Y EL CASO SCHOKLENDER
Todavía no hay indicios de que vayan a detener al ex apoderado de las Madres, porque se siguen hilando las maniobras y descubriendo los caminos del dinero. Las pruebas, las pericias y la documentación que falta ver.
Por Raúl Kollmann e
Irina Hauser
Durante los últimos tres días corrieron intensos rumores de que era inminente la detención de Sergio Schoklender. Hasta Hebe de Bonafini lo pidió públicamente. En el juzgado, en cambio, y en las fiscalías, admiten que no tienen armado ningún esquema de pruebas ni están claras cuáles son las maniobras y delitos que se le podrían imputar al ex apoderado de Madres de Plaza de Mayo. Lo que sí existe es una cantidad de operaciones sospechosas, cambios de cheques por efectivo, sociedades que no se sabía que existían, un patrimonio de los hermanos Schoklender que las Madres no sabían que tenían y, aparentemente, una deuda impositiva y de cargas sociales que tampoco se sabe a cuánto alcanza. De cara a la semana que comienza, el expediente Schoklender plantea numerosos interrogantes:
¿Cuáles serán los próximos pasos del juez Norberto Oyarbide y de los fiscales Jorge Di Lello y Raúl Plee?
Lo más imperioso para ellos es reconstruir los movimientos de fondos de Sueños Compartidos, en especial los movimientos de cheques: cuántos fueron, por qué monto, a dónde se depositaron, quién los depositó. Gran parte de esta tarea la hará el fiscal Raúl Plee por su experiencia en lo que tiene que ver con las causas relacionadas con lavado de dinero. Ya hubo requerimientos al Banco Central y a los dos bancos que denunciaron en su momento operaciones sospechosas, el Banco de Santiago del Estero y el Supervielle. Pero se investigará todo el resto del movimiento bancario de Madres y en especial los cambios de cheques por dinero en efectivo. El fiscal Jorge Di Lello pidió extender la investigación a las financieras y a las mesas de dinero, sobre todo a las que encabeza el financista Fernando Caparrós Gómez, vinculado con Schoklender. Fue Caparrós Gómez quien le vendió al ex apoderado la sociedad Meldorek y todo indica que la Ferrari y los yates son de su propiedad. La lógica indica que el juez Norberto Oyarbide allanará tarde o temprano esas financieras.
¿El juez aceptará a Madres como querellantes, es decir como parte afectada?
Quienes lo conocen afirman que se tomará su tiempo y que primero mirará toda la documentación. Por ahora es evidente que el centro del expediente son supuestas maniobras de los hermanos Schoklender en perjuicio de Madres, pero Oyarbide quiere ver primero las evidencias. Esto no quiere decir que el juez no llame a declarar, como testigo, a Hebe de Bonafini, para avanzar en la comprensión de la trama de todo lo ocurrido. Hasta el momento no apareció ningún cheque extraño firmado por Hebe y menos todavía que ella haya protagonizado un cambio de cheque por efectivo. Tampoco apareció ninguna propiedad ostentosa comprada por Madres para su titular. Más bien lo contrario: por lo que se ha visto, Hebe vive de forma más que austera.
¿Las Madres tienen ya un diagnóstico sobre los Schoklender y las supuestas maniobras?
Todo esto fue como un tsunami para las mujeres que tienen entre 82 y 94 años. Todos los días se encuentran con nuevas sorpresas. Oficinas alquiladas a nombre de Madres y que ellas no sabían que existían; los vehículos de uso cotidiano a nombre de Meldorek; oficinas en las que trabaja la Fundación y cuyo alquiler lo pagaba Antártica, sociedad que ellas tampoco conocían; departamentos a nombre de Schoklender que ellas suponían eran propiedad de Madres, y una seguidilla interminable de sorpresas que no parecen tener fin. El nuevo equipo de seis personas que ahora tiene firma en los cheques espera tener una auditoría mañana mismo o el martes, pero ese trabajo se concentra en determinar los movimientos de fondos. Según los abogados de Madres, la auditoría se va a entregar al juez. A priori, la Fundación cree que los Schoklender cambiaron cheques por dinero en efectivo y dejaron una deuda importantísima con la AFIP y un fondo de la Uocra. Schoklender lo niega en forma tajante, afirmando a través de su abogado, Adrián Tenca, que con los cheques que cambió sólo pagó sueldos. Los indicios no parecen confirmarlo, pero habrá que ver la evidencia.
¿Qué ocurre con la investigación sobre la construcción de casas?
En principio, Oyarbide dejará ese aspecto en manos de la Auditoría General de la Nación (AGN). Hoy por hoy, hasta el titular de la Cámara de la Construcción, Carlos Wagner, señala que las Madres construían buenas casas y con costos inferiores a los de cualquier empresa privada. Pero tanto Oyarbide como el juez federal Marcelo Martínez del Giorgi investigan este aspecto de Sueños Compartidos: si se construyeron las casas de acuerdo con los convenios y si los costos para el Estado fueron los acordados. En este terreno, toda la investigación es incipiente y gran parte de la documentación la tienen los municipios donde se construyeron las viviendas.
¿Puede haber detenciones en forma rápida?
Es difícil, pero no imposible. Si Oyarbide o los fiscales se encuentran en los próximos días con documentación que acredite en forma indubitable una irregularidad, el magistrado podría tomar la determinación. Podría usar la trama de sociedades para fundamentar que los Schoklender encabezaban una asociación ilícita, aunque en el juzgado afirman que eso debe ser chequeado, por cuanto la información surgió de bases de datos que no son del todo confiables. También está el hecho de que los hermanos, o al menos Pablo, sacaron documentación –de acuerdo con filmaciones que entregaron las Madres– en la noche del viernes 3 de junio. Eso lo podría usar el juez como argumento de que entorpecieron la investigación. La clave, no obstante, es que aparezca una prueba concluyente. Mientras tanto, el magistrado necesita ordenar la evidencia poniendo en un esquema completo las actividades de Madres y de los Schoklender, sobre todo, la ruta del dinero.
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