ECONOMíA › DEFICIT COMERCIAL Y NUEVOS REQUISITOS A LAS IMPORTACIONES EN BRASIL

No es una barrera pero parece

Con un déficit en el comercio exterior de 645 millones de dólares en enero, el mayor desde noviembre de 2000, Brasil implementó obligaciones burocráticas para ingresar mercadería. Buscaría poner freno a productos asiáticos.

La balanza comercial de Brasil empezó el año con un saldo negativo de 645 millones de dólares (según datos semanales) y el gobierno de Lula decidió poner un freno a las importaciones. Para eso amplió, por tiempo indeterminado, el espectro de productos que necesitan solicitar Licencias Previas para entrar al país. Se trata de una traba burocrática que obliga a pedir permiso a través de un formulario a quienes quieran entrar sus mercaderías a ese país. Este requerimiento ya regía sobre el 10 por ciento de los bienes, pero desde el lunes se extendió a 17 sectores que representan el 60 por ciento del total de las importaciones. Las autoridades de Brasil negaron que estén buscando impedir la entrada de productos y afirmaron que la medida apunta a mejorar la información sobre el sector externo.

“No es una barrera, aunque contenga de alguna forma las importaciones es un control estadístico”, reconocieron desde el Ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior de Brasil (MDIC). Hasta ahora, este tipo de procedimientos eran liberados en 48 horas para los productos del Mercosur que requerían el trámite y nunca se las aplicaba con tanta fuerza. Según la Organización Mundial de Comercio, los países tienen hasta 60 días para emitir la Licencia, pero el MDIC asegura que la demora máxima será de 10 días, ya que “de ningún modo se intenta frenar las importaciones, lo que se busca es conocer de antemano qué va a ingresar a Brasil y mejorar las estadísticas”.

Aunque la cantidad de bienes del Mercosur que necesitarán el permiso aumenta significativamente, la medida pareciera apuntar más a los productos asiáticos. Las importaciones brasileñas desde Asia representaron el 9 por ciento del total en la década del ’80 y en los últimos años su participación superó el 19 por ciento. “No creo que tenga tanto impacto sobre las exportaciones argentinas, los productos que el país envía a Brasil no tienen una participación que pueda estar afectando, apunta más a protegerse de los bienes asiáticos”, señaló Dante Sica de la consultora Abeceb.

Las importaciones brasileñas de productos argentinos crecieron el año pasado 27,4 por ciento, pero la participación argentina sobre el total cayó de 8,6 por ciento en 2007 a 7,7 por ciento en 2008. Autos, combustibles, plásticos y cereales representan más de la mitad de las ventas al país vecino. Visto desde Argentina, Brasil representó el año pasado el 18,4 por ciento del comercio exterior. Se esperaba que las exportaciones a Brasil superasen el 20 por ciento del total pero sufrieron una fuerte caída en los últimos meses del año pasado.

Algunos de los sectores que desde el lunes deben solicitar una Licencia Previa para importar son la comercialización del trigo y derivados, plásticos, hierro y acero, hierro fundido, cobre y aluminio, bienes de capital, máquinas y aparatos eléctricos, textiles, autopartes, automóviles, instrumentos quirúrgicos y de óptica. Desde el MDIC buscaron restarle relevancia al anuncio y explicaron que ahora las empresas tendrán que confeccionar un formulario “más completo”, para que el ministerio pueda elaborar estadísticas más precisas sobre qué productos está comprando Brasil en los mercados internacionales.

Los datos de la balanza comercial brasileña se presentan cada semana y en lo que va del año viene mostrando un marcado deterioro. El país vecino no registraba un déficit mensual superior a los 600 millones de dólares desde noviembre de 2000. Para Miguel Jorge, titular del MDIC, la decisión no tiene nada que ver con el resultado comercial negativo. El funcionario señaló que existe “mucha discrepancia” entre los números que manejan las distintas carteras del gobierno y descartó que se trate de un retroceso en la apertura del país.

Algunos analistas criticaron la imposición de esta barrera no arancelaria por considerarla proteccionista y contradictoria con las posiciones de Brasil en la Ronda de Doha y en los últimos encuentros del G-20. En esas instancias el gobierno brasileño reclamó la liberalización del comercio y pidió por la reducción de los subsidios agrícolas de los países desarrollados.

La sorpresa también alcanzó a varios sectores industriales de Brasil que, a diferencia de los representantes del sector fabril local, no estaban reclamando medidas para controlar el crecimiento de las importaciones. “Es una medida proteccionista. Es un año de crisis y el gobierno está mirando hacia la defensa comercial”, dijo el titular de la asociación de importadores de productos populares, Gustavo Dedivits.

Por su parte, el director de comercio exterior de la Federación de Industrias de San Pablo, Roberto Gianneti da Fonseca, afirmó que la decisión “parece precipitada y tomada con susto”.

Por su parte, algunos medios brasileños calificaron la medida como “el regreso al control de importación que Brasil adoptaba en los años ’80 y ’70”. En ese momento el gobierno llegó a prohibir la entrada de bienes de lujo y aumentó los impuestos a la importación en más del ciento por ciento.

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Lula da Silva, presidente brasileño. Balanza comercial con marcado deterioro al iniciar 2009.
Imagen: EFE
 
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