ECONOMíA › LOS TRUCOS QUE PUEDE USAR LAVAGNA PARA HACER QUE LOS BONISTAS ACEPTEN
Para endulzar la oferta, sin ceder puntos
Por un lado todo es tajante: 75 por ciento de descuento y no se discute. Pero el ministro guardó silencio o fue ambiguo en cuanto a un abanico de temas técnicos que pueden significar mucho dinero. Un listado sobre las “zanahorias” a los bonistas en armas.
Por Claudio Zlotnik
Son cuestiones técnicas. Pero detrás de esos números y del idioma hermético, sólo apto para expertos, se esconden varios millones de dólares. Se trata de las incógnitas que aún subsisten en la propuesta de reestructuración de la deuda. Algunas se zanjarán en el mismo momento en que Roberto Lavagna envíe esos detalles de la oferta a la Comisión de Valores de los Estados Unidos, para su aprobación, en los próximos días. Otras cuestiones, en cambio, recién se conocerán cuando los funcionarios salgan de gira por distintas ciudades del mundo para intentar convencer a los acreedores.
Después de la presentación del Plan Buenos Aires, en junio, donde se mejoró la oferta de Dubai, la estrategia del Gobierno frente a los acreedores fue clara: negó cualquier flexibilidad adicional. Néstor Kirchner se plantó en una quita del 75 por ciento de la deuda, a valor presente neto. Sin embargo, Lavagna se guardó varias cartas valiosas para jugarlas en algún momento de la negociación. Dejó cuestiones técnicas sin definir o las escribió en la propuesta de manera ambigua. E incluso excluyó de la presentación algunas promesas que les había dicho en público a los bonistas, como el reconocimiento de los intereses acumulados desde el momento en que la Argentina cayó en default. En este marco de incertidumbre para los acreedores, tanto en la city como en Wall Street se respira un clima de ansiedad.
Dando cuenta de ese interés, el banco de inversión estadounidense JP Morgan, a través de su economista jefe para la Argentina, Vladimir Werning, realizó un informe especial sobre el tema. Lo tituló “La reestructuración de deuda argentina: qué buscar en la oferta”. Allí se menciona, por ejemplo, que el Tesoro cuenta con 3000 a 3500 millones de dólares, de exceso de superávit fiscal, para “endulzar” a los acreedores y cerrar trato. Página/12 consultó a diversos banqueros y consultores de la city y las fuentes mencionaron las siguientes cuestiones que todavía están pendientes en la propuesta.
- Fecha de emisión de los nuevos bonos. Fue uno de los espacios que Economía dejó en blanco. En la city suponen que Lavagna se valdrá de esa indefinición para filtrar una mejora a los acreedores. La versión indica que en lugar de poner la fecha de salida de los títulos (presumiblemente principios de 2005) se colocaría la de mediados de este año o fin de 2003. El cambio les reportaría a los acreedores hasta 1130 millones de dólares adicionales por las “cuotas atrasadas” en el pago de intereses.
- Intereses vencidos e impagos. ¿Sí o no? Desde el default se acumularon unos 25.000 millones de dólares por los intereses que devengaron los bonos y que el Gobierno no abonó. A mediados de año, Lavagna dijo que los reconocería. Pero la cuestión quedó sólo en las palabras. La voluntad de pago no se incluyó en la presentación oficial. En el microcentro suponen que, al final, el Gobierno dejará la cuenta impaga.
- Bajo el mismo interrogante quedaron los intereses que devengaron los bonos durante el año 2001 pero que nunca se pagaron porque el Estado se declaró en cesación de pagos antes de hacerlo. Suman unos 1500 millones de dólares. Pero en este caso el consenso de los inversores es que Economía cumplirá.
- Bonos pesificados. Los Bontes, por ejemplo, se pesificaron a 1,40 más CER. Quiere decir que el título que valía 100 dólares ahora cayó a 71. La duda refiere a si Economía dará bonos por los 100 dólares originales que tenía el inversor o si le entregará nuevos títulos por 71 dólares.
- Tampoco se conocen las tasas de los nuevos bonos en pesos. Este punto es relevante para los afiliados a la jubilación privada porque las AFJP suscribirán Cuasi Par en pesos. Así quedó establecido en el acuerdo rubricado hace un par de semanas.
- ¿Habrá un tratamiento especial para las Letes? Las AFJP lo tuvieron: recibirán bonos a 10 años a cambio de las suyas. Los fondos comunes de inversión pulsean con el Gobierno para lograr un beneficio. Pero, además, hay pequeños inversores que retienen Letes por 1200 millones de dólares. Compraron esos títulos, de 90 días a un año de plazo, inducidos por avisos publicitarios del gobierno de la Alianza.
- Bono Patriótico. Está en poder de los bancos y de algunas empresas líderes. Las entidades financieras poseen 1180 millones de dólares y las compañías, otros 300 millones. Reclaman un régimen especial, ya que aducen que el Patriótico fue “semicompulsivo”.
- Bonos Brady. Estos títulos, surgidos de la anterior reformulación de la deuda, contienen una garantía del Tesoro de los Estados Unidos. Esa garantía (colateral) tiene un valor de mercado. En su reestructuración, Ecuador les pagó a los acreedores en efectivo para recuperarlas e hizo la quita correspondiente sobre el resto del bono. En el caso argentino se estima que las garantías tienen un valor de 1000 millones de dólares. Se desconoce si este será el camino que tomará Economía o si, directamente, propondrá bonos para hacer frente a los Brady.