EL MUNDO › BILL RICHARDSON PASO POR CUBA

Contacto en La Habana

 Por Gerardo Arreola *

Desde La Habana

El gobernador de Nuevo México, Bill Richardson, está en Cuba en un viaje que su oficina describió como una misión comercial y cultural, pero que tiene un potencial perfil político de alto nivel, debido a que el demócrata posee un historial de negociador de conflictos y es un antiguo interlocutor estadounidense de la dirigencia cubana.

Richardson llegó el pasado lunes a La Habana, habló con el líder parlamentario Ricardo Alarcón y con el nuevo presidente de la Cámara de Comercio, Pedro Alvarez, ex presidente de la importadora de alimentos Alimport. Su regreso a Estados Unidos está previsto para hoy.

Aunque no hay constancia de su relación actual con Barack Obama, fue notorio el respaldo que Richardson le dio al entonces senador por Illinois durante la campaña electoral, a contrapelo de su antigua relación con Bill Clinton, en cuyo gabinete estuvo en dos ocasiones, como secretario de Energía y como embajador ante Naciones Unidas.

En cualquier caso, “será útil lo que diga a los cubanos y también las impresiones que traiga de Cuba para Obama”, dijo el investigador Phillip Peters, del Instituto Lexington.

Aun si sólo fuera comercial y cultural, la gira de Richardson sería relevante. Aquí dijo que su estado quiere vender trigo, frijol, papas y manzanas a Cuba, sólo tres semanas después de que Alvarez, aún a la cabeza de Alimport, anunciara el cese de las importaciones de arroz, trigo y derivados de soja de Estados Unidos.

Alvarez se quejó de la tupida y molesta regulación y la falta de crédito en las operaciones con Estados Unidos, a pesar de que en los últimos siete años y medio la isla ha comprado en ese país unos cuatro mil millones de dólares en alimentos, bajo una excepción legal al bloqueo económico.

Richardson tiene una trayectoria de “trouble shooter” o el hombre experimentado en la solución de conflictos. Así ha cumplido misiones exitosas en Croacia, Burma, Irak y Corea del Norte. También tiene historia en Cuba. En enero de 1996, como congresista por Nuevo México, habló aquí durante seis horas con Fidel Castro y logró la liberación de tres opositores presos. Richardson dijo entonces que no esperaba un cambio sustancial en las relaciones entre los dos países, pero sí un mayor diálogo. El 24 de febrero siguiente Cuba derribó dos avionetas anticastristas y Bill Clinton aprobó el 12 de marzo la ley Helms-Burton que endureció el bloqueo, lo que desembocó en una nueva etapa de tensión bilateral.

Durante la última campaña presidencial Richardson se manifestó sí por un cambio en la política de Washington hacia la isla.

* De La Jornada de México. Especial para Página/12.

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