EL PAíS › LOS MIEMBROS DE LA UNASUR DISCUTEN LA INSTALACION DE BASES DE EE.UU. EN COLOMBIA

Para que la sangre no llegue al lago

El principal objetivo del encuentro que se realizará hoy en Bariloche es apaciguar los ánimos y canalizar el diálogo. El venezolano Hugo Chávez llega con la posición más beligerante hacia Alvaro Uribe. Podría formalizarse un pedido de reunión a Obama.

 Por Daniel Miguez

Desde Bariloche

El objetivo de la cumbre extraordinaria de presidentes de la Unasur que se realizará hoy en Bariloche parece modesto pero no lo es. El encuentro busca contener a todos sus miembros y lograr encauzar un diálogo razonable entre los países más enfrentados por el aumento de intervención estadounidense en las bases militares colombianas. Descontado que no saldrá de esta cumbre ni un rechazo ni, por supuesto, un visto bueno a las bases militares en Colombia, la idea madre es sostener la Unasur aunque sea con alfileres.

Quizá sobrevuele un amago de pedido de garantías de que las fuerzas estadounidenses no traspasen por ningún motivo las fronteras colombianas y un rechazo a la pretensión del presidente colombiano Alvaro Uribe de igualar la permanencia en bases fijas de militares estadounidenses con la compra de armamento por parte de Brasil y Venezuela a Francia y Rusia, respectivamente. También puede formalizarse hoy un pedido de reunión al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aprovechando que todos estarán en la asamblea de las Naciones Unidas el mes que viene en Nueva York. Pero cualquiera de estas discusiones tendrá como telón de fondo el anuncio del presidente venezolano Hugo Chávez, de que la ruptura de relaciones con Colombia es inevitable.

Los más afectados por la decisión del gobierno de Uribe son los tres países limítrofes de Colombia: Brasil, Venezuela y Ecuador, que desconfían que los estadounidenses limitarán su accionar al territorio colombiano, con la sofisticada tecnología que incorporarán, entre radares satélites y modernos aviones de guerra. Pero el enfrentamiento dialéctico más alto se dio hasta ayer entre Uribe y Chávez, ya que el ecuatoriano Rafael Correa aminoró el tono de sus declaraciones y el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, en su aspiración de liderazgo regional, no puede permitir que la sangre llegue al río.

Para que la cumbre cumpla su objetivo de apaciguar y canalizar el diálogo, los diplomáticos que trabajan en el tema coinciden en que Chávez y Uribe deben aceptar la sintonía dialoguista que le quiere imprimir la mayoría de los presidentes, aun con sus diferentes posturas.

Para la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, patrocinadora de este encuentro, la presencia de los doce jefes de Estado de América del Sur ya es un módico triunfo. En la última cumbre de Quito, el 10 de agosto pasado, ella propuso la reunión, subrayó que era indispensable que Uribe asistiera y luego lo convenció con la garantía de que no sería sentado en el banquillo de los acusados.

La misma frase (“no sentaremos a nadie en el banquillo de los acusados”) usó esta semana el canciller de Ecuador, Fánder Falconí, lo que dejó entrever que Correa, uno de los más afectados por las acciones de Uribe (como la invasión para atacar una base de las FARC en tierra ecuatoriana), no vendrá a Bariloche con una actitud beligerante.

Justamente Cristina y Correa serán los dos oradores previstos para hoy en el imponente hotel Llao Llao. Uno hablará en su carácter de anfitrión y el otro por ser el presidente pro témpore de la Unasur.

Los países que apoyan la acción de Colombia de aumentar la presencia estadounidense en su territorio por considerarla una mera decisión soberana son Chile, Paraguay, Uruguay y Perú. Por su parte, Bolivia está en el grupo de los que se oponen con más firmeza (ver aparte). Argentina admite que se trata de una decisión soberana pero la rechaza porque considera que esto puede llevar a situaciones beligerantes en el continente. Esa postura le puede permitir pivotear algún nivel de consenso que hasta anoche se veía lejano.

Una de las tácticas de la Argentina es que el debate entre presidentes no sea abierto al periodismo, para que los jefes de Estado puedan hablar con mayor sinceridad.

De a poco, el Llao Llao comenzó a poblarse ayer de delegaciones extranjeras, bajo excepcionales medidas de seguridad: algunos hoteles cercanos fueron tomados por fuerzas policiales y de inteligencia y se cerró el aeropuerto desde las 17 para aviones que no sean los que traen a los presidentes. El primero que aterrizó fue el de Surinam, Ronald Venetiaan, seguido del uruguayo Tabaré Vázquez, Correa, el peruano Alan García y las dos mujeres de la cumbre, Cristina y la chilena Michelle Bachelet. Para la madrugada se esperaba a Uribe y para hoy a la mañana temprano a los restantes presidentes. Tras las deliberaciones matutinas está previsto un almuerzo entre los presidentes y por la tarde Cristina y Lula firmarán un acuerdo para la utilización de la norma japonesa en la televisión digital.

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En el centro de Bariloche se realizó una marcha contra las bases militares.
Imagen: EFE
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