Por primera vez en casi medio siglo, el próximo Congreso de Estados Unidos no tendrá a ningún Kennedy entre sus miembros. Seis meses después de la muerte del histórico senador por Massachusetts, Edward Kennedy, su hijo, el congresista demócrata por Rhode Island, Patrick Kennedy, le dijo adiós a la política. Ayer el joven legislador anunció que no se presentará para la reelección en los comicios de medio término de noviembre próximo. Patrick, otro Kennedy de vida turbulenta, adicto a las drogas y al alcohol pero capaz de convertir sus deficiencias en fortalezas, dio un nuevo batacazo ayer al Partido Demócrata, cuando aún intenta recuperarse por la pérdida de la banca de Ted Kennedy a manos de los republicanos.

“Mi vida está tomando un nuevo rumbo”, explicó el último legislador Kennedy en un video divulgado ayer en Internet y que será televisado en los próximos días. En su mensaje de despedida, lamentó los tiempos difíciles que afronta la nación por la grave crisis económica, pero lamentó aún más la pérdida de quien fuera su “más preciado mentor y confidente” y su “fuente mayor de ánimo y fortaleza”, su padre. Hace seis meses el hermano menor del ex presidente John F. Kennedy murió a causa de un tumor cerebral, después de ocupar su banca en el Congreso durante 47 años seguidos.

Pero según fuentes del Partido Demócrata, el hijo de Ted Kennedy habría tomado la decisión también por miedo a perder en noviembre. Los sondeos muestran que el heredero de la trágica familia iba a tener que dar pelea para mantener su asiento en la Cámara baja. Pero lo cierto es que no era la primera vez que el congresista por Rhode Island había tenido que enfrentar pronósticos adversos.

En 2006 chocó con su automóvil contra una barrera cerca del Capitolio y pocos días después fue internado en una clínica de rehabilitación por adicción y depresión. Esos fantasmas volvieron a acecharlo varios meses después y tuvo que ser internado nuevamente, aunque los reveses y altibajos no le impidieron ganar la reelección en dos ocasiones desde el accidente de 2006.

A diferencia de muchos de sus colegas, Patrick Kennedy logró convertir sus errores en fortalezas. Después de esos años difíciles, el congresista se convirtió en un ferviente activista en la lucha contra las drogas y el alcohol. De hecho en su mensaje grabado, Kennedy aseguró que continuará luchando por los que “sufren de depresión, adicciones, autismo y desorden de estrés postraumático”.

Pero la despedida del último Kennedy de la política no desalentó a todos. Algunos analistas como Larry Sabato, director del Centro para Política de la Universidad de Virginia, vaticinó que la familia política más famosa de Estados Unidos volverá pronto. “Es la familia real de Estados Unidos, es una familia muy grande, con muchos nietos. Los Kennedy comprensiblemente están quemados, pero estoy seguro de que regresarán”, pronosticó el profesor universitario.