EL MUNDO › CONQUISTARON MOSUL, EN IRAK

Ofensiva jihadista

La mayor milicia jihadista en Irak sorprendió ayer a Bagdad y al mundo entero al tomar el control de la segunda ciudad del territorio, Mosul, imponerse sobre una porción importante del norte del país y obligar a cientos de miles de personas a abandonar sus casas y escapar. Inmediatamente después de conocerse la noticia, el primer ministro iraquí, Nouri al Maliki, anunció ante las cámaras de televisión que pedirá al Parlamento instalar el estado de sitio en las dos provincias atacadas y llamó a las tribus y a los ciudadanos a armarse y luchar contra la milicia extremista.

Mientras no está claro cómo será ese rearme y cómo actuará el ejército, que se retiró sin dar batalla ante el avance de los milicianos, Estados Unidos ya comprometió su apoyo a “una respuesta fuerte y coordinada” por parte del gobierno iraquí. En tanto, Irán, otro aliado del gobierno chiíta en Bagdad, también adelantó su apoyo a Al Maliki.

Desde hacía cinco días, milicianos del Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL), un grupo que nació en 2006 como una alianza de organizaciones radicales nacidas a partir de la invasión estadounidense y con vínculos declarados con Al Qaida, comenzó a avanzar sobre Mosul y otras ciudades del norte del país. La misma milicia había tomado gran parte de Ramadi y Fallujah, dos ciudades al oeste de Bagdad ya a principios de año, y –pese a una masiva ofensiva del ejército y milicias tribales– el gobierno nacional no logró recuperar el control para permitir que la población vote en las elecciones del 30 de abril pasado.

Según reconoció en un mensaje a la nación el primer ministro, además de controlar la ciudad, los islamistas “tomaron las instalaciones vitales” de la provincia de Ninive, como el aeropuerto internacional de Mosul y una base militar a unos 60 kilómetros de la ciudad, donde se hicieron con helicópteros de combate y un pequeño arsenal de armas.

En su avance y en la toma de Mosul, el EIIL también irrumpió en varias comisarías y tres cárceles, confiscó más armas y liberó a más de 2700 detenidos, muchos de ellos condenados por “terrorismo”. En todos los edificios tomados, los milicianos colgaron banderas negras del grupo armado, que lucha para instalar un califato en Irak y Siria, y que desde hace más de un año combate en el norte y este de Siria tanto contra el ejército como contra las milicias insurgentes que intentan derrocar al presidente Bashar al Assad. El EIIL controla en Siria la provincia de Al Raqqa y está activo en la de Deir Ezzor, lo que le permite una continuidad territorial con su otro bastión en Irak, la contigua provincia fronteriza de Al Anbar.

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Imagen: AFP
 
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