EL MUNDO › GUZMAN, EL JEFE DEL CARTEL DE SINALOA, SE CONVIRTIO EN UNA MARCA REGISTRADA

El boom de la narcomoda a partir del Chapo

Una de las hijas del narco mexicano y dos de sus ex mujeres consiguieron que el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial patentara su nombre para comercializar productos como pieles, juguetes, artículos deportivos y publicidad.

 Por Eduardo Febbro

Desde México DF

Además de haber sido el narcotraficante más buscado del mundo y de ser hoy el prisionero más estrechamente controlado de la tierra con decenas de personas que lo vigilan, perros, cámaras de seguridad y hasta sensores térmicos, el jefe del Cartel de Sinaloa, El Chapo Guzmán, se ha convertido también en una moda de indumentaria y en una marca registrada. Una de las hijas del narco mexicano, Alejandrina Gisselle Guzmán Salazar, y dos de sus ex compañeras, Ema Coronel Aispuro y María Alejandrina Salazar Hernández, consiguieron que el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial, el IMPI, patentara la marca El Chapo con el fin de comercializar varios productos. De las 24 solicitudes presentadas por las tres mujeres, el IMPI aceptó patentar la marca en cuatro clases: metales preciosos y aleaciones, cuero, cuero de imitación, pieles de animales, juegos, juguetes, artículos deportivos, publicidad, dirección de negocios y administración comercial.

El Chapo Guzmán no es solamente el proveedor de un fructuoso río de leyendas sino, también, de toda una estética que va del narcoclothing hasta las camisetas con su rostro, juguetes, máscaras, piñatas, muñecos y disfraces. La narcoestética es un negocio que sobrepasa las fronteras de México. Las dos ya famosas camisas de la marca Barabas que lucía El Chapo Guzmán durante la entrevista que le hizo el actor Sean Penn batieron records de venta en apenas unos días. La marca, con sede en Los Angeles, conoció un éxito que sorprendió hasta al dueño de Barabas, Sam Esteghball. Poco minutos después de que se difundiera la entrevista y empezaran a circular las fotos, Esteghball recuerda que la gente “estaba como loca y preguntaba ¿cuántas piezas tiene? Las necesito, ¿tiene en inventario?, ¿cuánto cobran ahora?”. La camisa no ha variado su precio: se la puede comprar en Internet por 128 dólares, pero hay que esperar una buena semana para recibirla.

El hecho de que el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial haya accedido a patentar la marca constituye un cambio de posición por parte del ente mexicano. Una de las esposas y la hija de Guzmán habían multiplicado las solicitudes de las patentes entre 2011 y 2014 sin que el IMPI aceptara darle a la marca El Chapo (en México quiere decir petiso) una protección legal. Pero de ahora en más será posible conseguir desde joyas, ropa de gimnasia o adornos de Navidad estampados con la marca El Chapo. La referencia está también protegida y patentada en la misma Organización Mundial de la Propiedad Intelectual. La historia de la marca El Chapo está llena de episodios sabrosos. En septiembre de 2010, una de sus esposas, María Alejandrina Salazar Hernández, presentó ante el IMPI una solicitud para patentar la marca de Tequila Don Chapo Guzmán, pero esta le fue negada. El IMPI alegó entonces que el signo propuesto como marca “resulta contrario a la moral y a las buenas costumbres” por cuanto se trata “de una persona que es buscada por las autoridades”. Lejos de renunciar, la señora Hernández entabló un largo procedimiento judicial. Aunque el trámite fue abandonado, los familiares interpusieron otros pedidos. Son parte de estos lo que ahora tienen una protección legal.

El caso de El Chapo no es el único. La Reina del Pacífico, nombre que se refiere a la narcotraficante Sandra Avila, está patentada desde 2004 y la marca puede ser usada para vender café, azúcar, cacao, arroz, tapioca, harinas, cereales, pan, pastelería, helados, miel, sal, vinagre, mostaza e incluso hielo. Con la marca de tequila Don Neto ocurre lo mismo. El nombre de este tequila elaborado con agave azul honra la memoria de Ernesto Omelas Gazcón, uno de los fundadores del Cartel de Guadalajara. Otras referencias a narcos fueron negadas por el IMPI. Ese es el caso por ejemplo de El Señor de los cielos, apodo con el que se inmortalizó a Amado Carrillo Fuentes, el amo y señor del Cartel de Juárez cuyo sobrenombre se inspira en la flota de aviones con la que transportaba cocaína hacia los Estados Unidos. Hasta hubo alguien que pretendió patentar la marca Los Zetas, nombre del temible grupo de narcos que diseminó México de cadáveres en los últimos 10 años.

Los narconombres como marca o la narcoestética son un negocio redondo. Los relatos populares, las leyendas tejidas por los medios de comunicación o las narconovelas parecen extraerle a esos nombres las connotaciones negativas o las realidades que circulan detrás de ellos. Al día siguiente de que la prensa mexicana revelara el contenido de los SMS intercambiados entre El Chapo y la actriz mexicana Kate del Castillo apareció una camiseta y una gorra con una de las frases de ese romántico intercambio entre el narco y la actriz: “Te cuidaré más que a mis ojos”. Desde 2006, la percepción de cierta opinión pública cambió con la difusión de productos televisivos donde los narcos eran los héroes, principalmente los narcotraficantes colombianos y mexicanos. Las familias aprovecharon el buen negocio. El hermano del narco colombiano Pablo Escobar, Roberto, organiza multitudinarios tours turísticos por las tierras donde creció la leyenda de Escobar. El arquitecto y diseñador industrial Sebastián Marroquín, hijo de Pablo Escobar, popularizó en la Argentina una marca de ropa, Escobar Henao, que llevaba a su padre en los diseños. Las camisetas tenían estampadas la cédula de identidad de Pablo Escobar, un certificado judicial sin causas pendientes o incluso su tarjeta de crédito. Las remeras llevaban igualmente inscripciones que decían “¿En qué andas? Piénsalo bien”. No hay libro, reportaje o edición especial de diarios o revistas que no conozca los efectos positivos de los narcorrelatos. Tal vez la gente los prefiera a ellos, con nombre y apellidos, que a esos asesinos, estafadores y ladrones de la sombra que son los miles de operadores bancarios o financieros que actúan en el mundo provocando hambrunas espantosas con la manipulación de los mercados o el precio de las materias primas. La narcoestética y su impacto es mucho más que un signo de mera frivolidad o un reflejo de la ligereza de los medios.

Compartir: 

Twitter

El negocio de vender camisetas con la cara del Chapo, así como juguetes, máscaras, muñecos y disfraces.
Imagen: AFP
 
EL MUNDO
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.