EL MUNDO › LA DIPLOMACIA BOLIVIANA SALE A LA CALLE POR EL RECLAMO DE MAR

Aires de quenas, sones de charangos

 Por Pablo Stefanoni
Desde La Paz

Los vientos de renovación política, borrascosos en Bolivia y como una brisa suave en Chile, están contribuyendo a acercar –de manera inédita en la historia reciente– a ambos países sin relaciones diplomáticas plenas desde 1978. La consigna “mar para Bolivia”, coreada por una multitud de militantes de izquierda que recibió a Evo Morales con un inédito acto popular en la cancha central del Estadio Nacional, se magnificó como un inmenso eco a lo largo y ancho de Bolivia, un país en el que los sentimientos de rechazo e impotencia por el enclaustramiento marítimo se expresan con los habituales “muera Chile” y el antichilenismo es algo de todos los días en la escuela y el cuartel.

Y a este gesto de la izquierda chilena más radical –comunistas, humanistas y miristas– se sumó la disposición del nuevo gobierno chileno a entablar un “diálogo abierto”, que deberá abordar un tabú en el país trasandino: la devolución del litoral marítimo boliviano conquistado durante la Guerra del Pacífico (1879–1886). “(El acto de recibimiento a Morales) es algo histórico y tendrá mucha trascendencia para nuestras relaciones. Hubo algo parecido, pero bastante más pequeño, con Juan Domingo Perón en la década de los ’50, pero esto es algo especial. Chile no tiene tradición de realizar homenajes y ahora, en cambio, se dieron las condiciones para homenajear al presidente de Bolivia y, a través de él, a todo el pueblo boliviano para expresar que nada nos separa a ambos pueblos”, le dijo a la agencia oficial boliviana ABI el diputado socialista chileno Sergio Aguiló. “Esto abre un escenario no explorado antes en las relaciones diplomáticas bilaterales: el diálogo cara a cara con el pueblo chileno, que es la novedad de la política exterior de nuestro gobierno”, dijo a Página/12 el vicepresidente Alvaro García Linera tras un breve diálogo con la prensa. Sin embargo, añadió que “hay que ser cautos para no estorbar el objetivo histórico de conseguir una salida soberana al Océano Pacífico”.

El cambio de clima fue abonado por la asistencia del ex presidente Ricardo Lagos a la asunción de Morales, quien ahora retribuyó el gesto y se embarcó rumbo a Santiago. Dos símbolos fuertes acompañan el acercamiento: a la asunción de un indígena aymara en Bolivia siguió la investidura de una mujer –también por primera vez– en Chile, dos hechos favorables a una mayor igualdad resaltados por ambos mandatarios. “Estoy sorprendido y agradecido con el pueblo chileno, que ha mostrado un gran desprendimiento; eso hay que aprovechar. Lo que nos toca ahora es organizar una comisión de alto nivel para desarrollar las propuestas concretas, incluido el mar”, comentó emocionado el mandatario boliviano a su arribo al país.

Sin cargar con el estigma de “chilenófilo” de anteriores mandatarios asociados con las “entreguistas” oligarquías nativas, como Gonzalo Sánchez de Lozada, Morales tiene posibilidades de avanzar en este paso histórico que podría consumarse con la utopía de la “playa boliviana”. Por lo pronto, para el Día del Mar de este año, conmemorado cada 23 de marzo, el gobierno evalúa la realización de un gran acto popular junto al tradicional desfile militar.

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Evo Morales habla en un acto de mapuces en Santiago.
 
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