EL MUNDO › A OBAMA LE SIRVIO EL DISCURSO DE CARA A SU PAIS

Un líder que midió cada palabra

 Por David Usborne *

Todos los conservadores en Estados Unidos esperaban la cita de Barack Obama en Oslo como una ocasión para deleitarse. Suponían que lo que allí verían sería una audiencia repleta de europeos sucumbiendo ante la oratoria de un Obama que, en pose de salvador, aceptaría el famoso premio de la Paz con un discurso vacío, repleto de buenas intenciones y de llamados al diálogo y la construcción.

La decepción, entonces, fue grande cuando comprobaron que el mandatario, una vez más, les había ganado de mano. Lo que Obama hizo, en efecto, al menos según Tom Klein, el veterano analista de la revista Time, fue tratar a su audiencia en Oslo “con un discurso de un rigor intelectual y un contenido moral soberbio que buscó balancear una supuesta racionalidad que justificaría ciertas guerras con la necesidad de construir un mundo más pacífico y justo para todos”. De lo último que pecó Obama fue de ingenuo.

Desde el palco, el estadounidense dio la impresión de un hombre que había meditado mucho sus palabras y que por lo tanto creía profundamente en ellas. A diferencia del discurso que dio la semana pasada ante los cadetes militares en West Point, cuando anunció su nueva estrategia para Afganistán, ayer Obama no enfrentaba, al menos a priori, las tumultuosas aguas de la política interna de su país.

El de ayer fue el discurso de un líder que no trató de apaciguar las aguas. E, incluso de ese modo, sus palabras parecerían haberle servido en Estados Unidos. A los demócratas descontentos con la nueva estrategia militar, les explicó mejor sus argumentos. A los republicanos, prácticamente no les dejó agujeros por donde atacar.

Obama, ayer, en Oslo también la jugó de rudo. Mucha gente se enojó con él porque sólo se quedó en Noruega 24 horas y pasó por alto muchos eventos asociados con la entrega del Premio, entre ellos un almuerzo con el rey, una conferencia de prensa y un concierto a beneficio de la fundación Save the children, donde, en el lugar que le estaba reservado, los organizadores, a modo de broma, terminaron colocando una silueta de cartulina con el perfil del mandatario.

Esto último, esta vez sí, tuvo que ver con la política interna norteamericana. Obama tiene que lidiar con una gran crisis económica y hacer aprobar la reforma del sistema de salud.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

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